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Deportes

Mel: "No me puedo tirar de este barco, sería de cobarde y mal bético"

"Creo que era necesario dar la cara y este es un momento para ello. Estamos decepcionando a la gente que está con nosotros" agregó.

el 28 oct 2013 / 19:50 h.

MEL_281013 El entrenador del Betis, Pepe Mel, descartó este lunes cualquier amago de dimisión de su puesto. "No me puedo tirar de este barco, sería un cobarde, un mal profesional y un mal bético", ha dicho el técnico verdiblanco, que pide tranquilidad y optimismo para salir de una situación que, ha recordado, no es peor que otras ya superadas en los últimos años. "Pido a la gente que el jueves grite 'Betis' en lugar de 'Pepe Mel'", ha llegado a solicitar en un discurso en el que ha asumido la culpabilidad de lo que está ocurriendo. El preparador verdiblanco compareció horas después de sufrir una dura derrota en el Vicente Calderón, donde su equipo cayó goleado por 5-0 para sumar su tercera derrota consecutiva y caer a los puestos de descenso, porque cree que "los béticos merecen saber por boca de su entrenador por qué las cosas no salen". "No quería dejar pasar los días porque en la previa del Levante sólo hablaremos del Levante, que es un partido crucial para nosotros", aseveró. Por ello, tras pasar "por una noche bastante dura", el madrileño dejó claro que no piensa en dejar su cargo. "Estoy en un club al que me costó mucho llegar, donde he trabajado mucho con muchas otras personas para estar aquí y saltar muchos baches. Sólo tengo ganas de seguir trabajando y recompensar a la gente que nunca nos decepcionó. No me puedo tirar de este barco, sería de cobarde, mal profesional, mal bético. Ahora tengo que trabajar más", subrayó Mel ante los medios de comunicación. El entrenador del Betis cree que lo sucedido con la afición en la estación de Atocha fue "lo normal". "Era algo que podía pasar y por desgracia lo vivimos. Quiero quitarle toda la presión a los futbolistas, quiero que miren al frente con optimismo, que quieran trabajar con intensidad para disputar el siguiente partido sin problemas", advirtió. Ese mensaje de apoyo y unidad, sin embargo, incluyó un matiz importante. De puertas para dentro habrá que hacer autocrítica sí o sí. "Otra historia es cuando me encierre en el vestuario con los jugadores o en el despacho con el presidente, con Bosch y con Stosic. Ahí sí habrá que pelear para que el Betis mejore", ha apostillado. Respecto a las causas de esta negativa racha, dejó claro que le corresponde a él encontrarlas. "La culpa es mía", recalcó, asegurando mostrarse "orgulloso" del trabajo ofensivo ante el Real Madrid, el Celta o el Granada, pero que no ha tenido continuidad. "Queda mucho trabajo por delante y hay que poner las pautas para que no nos suceda ante el Levante porque si no, no ganaremos, pero para eso soy el entrenador", apuntó. En este sentido, Mel tiene claro que la lesión de Rubén Castro no está siendo clave. "Lo habría solucionado en el Bernabéu, ante el Lyon, el Celta o el Granada, porque ahí creamos fútbol pero nos faltó gol", aclaró. Después, sin embargo, "paulatinamente hemos perdido clarividencia arriba y a partir de ahí hemos ido defendiendo peor", recordó. "El nerviosismo por no tener gol ha ido generando fragilidad defensiva", añadió. "El equipo está mal, las matemáticas no se pueden discutir, tenemos números horrorosamente malos. Tenemos que mejorar muchas parcelas y empezar desde ya. El partido del Getafe fue el que más me indignó, ayer jugamos seguramente contra el mejor equipo de Europa y a los diez segundos ya íbamos por detrás", añadió al respecto. "EL CLUB SABE QUE LA PERMANENCIA ESTÁ POR ENCIMA DE TODO" De todos modos, Mel se mostró optimista aunque no olvidó mandar un mensaje a los dirigentes. "En el club son suficientemente listos para saber que la permanencia es lo importante por encima de todo. Estoy seguro de que lo haremos muy bien en Europa y que veremos esto en verano como otra de las rachas malas que tuvimos y la sacamos adelante, pero hay que poner los medios y luego las soluciones, que es para lo que está el entrenador. Sólo pido a la afición, con un atrevimiento tremendo, que apoye a los futbolistas y luego se exprese como quiera", subrayó de cara al partido del jueves. El técnico madrileño, que opinó que las palabras del presidente Miguel Guillén sobre que el objetivo es volver a jugar en Europa son "para meter ilusión y optimismo", remarcó que la realidad del equipo debe ser "el día a día". "Así siempre nos fue bien y cuando lo dejamos nos fue mal", comentó. Mel también defendió la confección de la plantilla. "El Betis está estructurado de una forma que no nos ha ido mal. La secretaría técnica la confecciona y yo la hago mía. Son 25 futbolistas excepcionales y voy a muerte con ellos. Ahora no vale la pena mirar atrás", indicó. "Sí me puedo arrepentir de alguna decisión mía, por ejemplo la forma en que voy sustituyendo a la gente. El único que no puede faltar es el que falta [Rubén Castro], pero los demás son todos muy parecidos. Quiero tener a todos enchufados y a lo mejor me estoy equivocando", ha admitido, en alusión a sus rotaciones y la falta de minutos de ciertos hombres. "Tenemos que dar con la tecla del equipo alegre que éramos y no tener miedo a perder", afirmó. En cambio, no piensa en el mercado invernal todavía. "Los errores que hayamos cometido en el verano hay que subsanarlos, pero quedan muchos partidos (hasta que se pueda fichar en el mercado invernal). Tengo que apoyar a los de ahora, que son los que nos tienen que sacar del atolladero", admitió. Sobre su soledad en la comparecencia, sin ningún dirigente a su lado, respondió con cierta ambigüedad. "No estoy aquí por una pose sino porque creo que lo debo hacer, para que alguien le diga al beticismo que hay esperanza y que ha salido de muchas peores. Peor era la situación cuando perdimos cinco partidos seguidos en Segunda y el ascenso era una obligación y seguimos todos juntos, o cuando no ganamos durante diez jornadas. No soy responsable de lo que hagan los demás, yo me siento a gusto en el club, con la independencia y la libertad que me dan, y si no hay nadie aquí me lo tomo como que tienen confianza en mí. Prometo mi máximo esfuerzo en mi parcela y seguro que el club lo hará también en la suya", puntualizó. "NO GANAR EL JUEVES EMPEZARIA A SER UN PEQUEÑO DRAMA". Con todo, Mel insistió en reaccionar rápido y admitió que la visita del Levante tiene tintes de final. "Tenemos un calendario complicado y no ganar el jueves empezaría a ser un pequeño drama. Esto en la jornada 11, estando en ley concursal, es peligroso. Es el momento de aunar fuerzas, estamos a tiempo de pintar el futuro del color que queramos. En todas las otras crisis siempre hubo un final feliz y sabemos que con calma y unidad fue así", declaró el entrenador verdiblanco, que necesita ahora "gente fuerte mentalmente y que quiera disfrutar de este juego". Finalmente, el preparador bético eludió cualquier polémica por que el próximo visitante sea el Levante de Joaquín Caparrós. "Tengo un total respeto por él. Me parece un muy buen entrenador porque es capaz de reconducir todas estas cosas muy bien, pero el equipo y el entrenador que vinieran nos deben dar igual, tenemos que ganar. Como si viene el Vaticano Club de Fútbol y su entrenador es el Papa", sentenció.

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