Pepe Mel, con dos balones.
Se cumple una vuelta desde que Pepe Mel, en el viaje a Soria, pactó con Luis Oliver la renovación de su contrato por una temporada en caso de ascenso y el asunto, por enésima vez, vuelve a estar de moda tras las palabras del vicepresidente, José Antonio Bosch, que insiste en que hay que revisar ese acuerdo porque el Betis no puede permitirse pagarle lo que acordó. El debate tiene harto al técnico. "En su día firmé un contrato que está en la LFP y el Colegio de Entrenadores. El club todavía no me ha dicho nada, y en eso estamos actuando con buen criterio, pero al hablar en la prensa se está equivocando, lo digo a quien corresponda. Cuando el Betis esté en Primera, será el momento de hablar muchas cosas. De momento, acabo el 30 de junio. En el momento en que el Betis consiga el ascenso, acabaré el 30 de junio de 2012", dijo.El runrún sobre la rebaja que le piensa plantear el club (de hasta medio millón de euros para así ajustarse al tope salarial que va a imponer el consejo a toda la plantilla, por debajo de los 900.000 euros) también molesta a Mel, sobre todo por el momento del que se trata, con el equipo enfilando la recta final del ascenso. Y hay que recordar que el madrileño cobra en Segunda una miseria, por debajo de los 200.000 euros, menos incluso que algunos de sus futbolistas.
Más allá de este debate, Mel recordó que la relajación está prohibida. "El Numancia tiene jugadores que han estado en Primera y en el Betis hay muchos que hace poco estaban en Segunda B. Cuando todavía no has conseguido nada, te puedes ir y puedes cometer una equivocación; eso es peligroso. Hay que seguir compitiendo", advirtió.
