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Mel sigue y hace felices "a todos los béticos"

El club se asegura la posibilidad de destituirlo si el equipo permanece varias jornadas consecutivas en puesto de descenso sin pagarle la integridad del contrato.

el 27 may 2011 / 11:21 h.

Mel firma su renovación con el Betis. Manuel Montilla (Atese)
Eran poco más de las doce del mediodía, en la sala de prensa del estadio Benito Villamarín, cuando Pepe Mel, rodeado por Rafael Gordillo y José Antonio Bosch, enfrente de un mar de fotógrafos y periodistas, cogió un bolígrafo, firmó un papel y puso fin a un par de semanas de polémica , mensajes cruzados, tensiones con los administradores concursales y dudas sobre su continuidad en Heliópolis. El papel en cuestión era el contrato que lo confirma como entrenador del Betis para las tres próximas temporadas, hasta junio de 2014, siempre que el equipo verdiblanco no abandone la Primera División . Es la única condición para que agote un mandato amplio, inhabitual en el inestable fútbol de estos tiempos que corren pero que según los dirigentes es "hasta corto", en palabras de Bosch. "Había gente que tenía dudas por lo que leía, pero hoy es un día muy feliz para todos los béticos. Empieza una nueva etapa", sentenció Gordillo.

El protagonista de la noticia estaba "especialmente feliz". "Me quedo en el equipo donde quería estar. Me han dado la posibilidad de encabezar un proyecto como mínimo de tres temporadas y eso para mí, con corazón bético, es lo más importante. Ahora queda trabajar porque tenemos un camino difícil. Mi gratitud al consejo y al presidente porque desde el primer día quisieron que yo encabezara este proyecto", dijo Mel, que no dio demasiados detalles del contrato después de que Bosch aclarase que el club no ofrecería ninguno. "Hay una cláusula de sentido común: si el Betis, por desgracia, no está en Primera cuando termine la primera temporada, no tiene sentido continuar. Pero eso no se me pasa por la cabeza, y al club tampoco", explicó el entrenador, en cuya opinión "el club se ha marcado unos objetivos claros y coherentes que son aceptables por cualquier persona". "No son dañinos hacia mi persona y protegen al club. Si el Betis está en descenso y estiman conveniente, bajo ciertos parámetros, que no debo seguir siendo el entrenador, mi despido nunca sería dañino para el club", reveló.

Esa segunda cláusula no es más que una mejora (para el técnico) de la que pretendía incluir el club al principio de la negociación. Su primera intención era reservarse el derecho a destituir a Mel si el equipo permanecía entre los seis últimos durante un número determinado de jornadas, pero el contrato final recoge que el Betis podrá prescindir de Mel sin pagarle las temporadas no cumplidas si el equipo está en la zona de descenso durante ese mismo tiempo. Al margen de ese punto, y sin entrar en las condiciones económicas, no hay más matices. "Me siento tan honrado por estar aquí que no he puesto ninguna condición", apostilló Mel. "Confío en la gente que hay aquí. Sin yo pedirlo, por ejemplo, me dijeron que si Emana se va, ese dinero se reinvertirá en el propio equipo", puso como ejemplo antes de aclarar que el camerunés no está en venta. "No lo ponemos en el mercado. Aunque si viene una buena oferta, vendemos hasta al Curita [uno de los utilleros]", bromeó. "El club no está en acoso y derribo, no tiene por qué dar saldos", espetó luego.

Una vez renovado el entrenador, hay que ver qué ocurrirá con sus ayudantes. El que más difícil lo tiene es el preparador físico, Jesús Paredes. "Conmigo no se ha tratado, bastante he tenido con tratar lo mío", advirtió ayer Mel.

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