A punto de cumplir la mayoría de edad, con ocho años en el mundo de la música, Melody acaba de sacar su quinto disco, Los buenos días (Disparate Records) un trabajo en el que muestra su evolución artística y en el que "se puede encontrar un poco de todo, porque es un álbum muy rumbero, con temas pop y baladas muy románticas".
Satisfecha por lo bien que le están yendo las ventas, Melody confía en que este trabajo, producido por Manuel Ruiz Queco, sea "todo un éxito". De momento, su primer single, Te digo adiós, compuesto por Queco (autor del famoso Aserejé), "está funcionando muy bien y gusta mucho". A pesar del paso de los años, Melody sigue emocionándose al escuchar los trabajos que la lanzaron a la fama y le abrieron "las puertas de medio mundo", porque con ellos recuerda "la fuerza y las ganas" con las que empezó en esta profesión. "Cuando uno es pequeño tiene que disfrutar y a mí en los videoclips de mis inicios se me ve cómo alucinaba en colores. Para mí son discos muy buenos de los que me siento súper orgullosa, con independencia de que mi nuevo álbum supone una evolución, porque es mucho más adulto", comenta. Esta jovencita, cuyo físico ya nada tiene que ver con el de aquella niña que bailaba al ritmo de los gorilas, sostiene que "la prensa se porta muy bien" con ella, a pesar de que en Colombia llegaron a anunciar su muerte en los medios de comunicación. En cualquier caso, no tiene ningún miedo a que, al cumplir los 18, la prensa rosa intente informar sobre su vida personal: "Que publiquen lo que quieran, porque los artistas también somos personas, salimos por la noche, nos echamos novios y ya está, sólo hay que tomarse esto con total naturalidad". Aunque conoce el difícil momento que vive el sector de la música, Melody reconoce que no sabe "de qué va eso del canon digital". "No sé ni lo que es, pero si es bueno para los autores, tiene que ser positivo", afirma. En cualquier caso, la cantante está convencida de que su futuro está ligado a los escenarios: "Si a uno le gusta lo que hace, tiene que seguir en ello, esté como esté el mercado". Por ello, pensando en el futuro, está recibiendo clases de piano, guitarra, canto y baile. Aunque aún se ve "muy pequeña" para pensar en jubilarse sobre un escenario, sí tiene claro es que ahora desea seguir cantando.
En cuanto a su estilo, admite que "una niña de 10 años no canta lo mismo que una de 20", por lo que espera poder acercarse nuevos públicos con Los buenos días, aunque para ella "nunca será un lastre" que la recuerden por De pata negra o Los Gorilas, "porque eso no es incompatible con sacar nuevos discos".
