En los últimos meses han salido a la luz historias terribles de personas que han decidido quitarse la vida como consecuencia de la mala situación económica que atravesaban y que les obligaba a dejar sus casas. Mejor muerto que quedarse sin techo. Sin embargo, y a pesar del impacto que estas noticias han tenido en la opinión pública española, los expertos reunidos en Sevilla en el congreso Encuentros en Psiquiatría aseguran que no existe una relación directa entre la crisis y el suicidio y, de hecho, alegan que en los últimos años la tasa se ha reducido. Y, además, recuerdan: España cuenta con uno de los índices más bajos de suicidios de toda Europa a pesar de es la primera causa de muerte no natural en nuestro país.
Más del 90% de estos casos tienen una patología psiquiátrica detrás, argumenta Lucas Giner, psiquiatra y profesor ayudante de la Universidad de Sevilla, quien explica que las causas ambientales no condicionan tanto el suicidio como pudiera pensarse ya que, si la crisis influyera de la manera tremenda que se le presupone y que últimamente se está dando a entender, la tasa hubiera aumentado de forma tremenda.
Eso sí, reconoce que históricamente la conducta suicida se relaciona con la situación de paro, pero solo debe ser tenida en cuenta como una variable relacionada, pero no como una causa en sí misma, destaca. En este sentido y haciendo un paralelismo, Giner indica que en épocas de guerra la situación económica es horrible pero sin embargo suele caer la tasa de las personas que se quitan la vida.
Si en algo influye la crisis, señala, es en el hecho de aumentar la demanda en los servicios de psiquiatría de los hospitales, mientras que estos centros sufren recortes. Hay menos profesionales trabajando y por eso se incrementan las listas de espera, explica, a la vez que denuncia que en los últimos tiempos la sociedad está acostumbrada a medicalizar la vida diaria y recurrir directamente al psiquiatra en lugar de buscar mecanismos de defensa sin llegar a ese extremo.
La situación que vive España es parecida a la del resto de países que más están sufriendo la crisis. De hecho, las tasas de suicidio siguen siendo bajas en los países mediterráneos como Grecia y Chipre y es mucho mayor en los nórdicos, aunque en los últimos años tiende a la baja. En estos momentos, son los surgidos de la antigua URSS los que más índice de suicidio registran, una cuestión que está vinculada, según los expertos, a las altas tasas de alcoholemia.
Andalucía se mantiene entre las comunidades con un menor índice de suicidio de España aunque la tendencia autonómica es al alza mientras que la nacional es a la baja, mientras que las provincias de Sevilla, Jaén y Córdoba son las que más registran. En el caso sevillano, y según los últimos datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), de 2011, el número de suicidios se elevó a los 123, frente a los 139 de 2006, el año anterior a que estallara la crisis. El jefe de servicio de psiquiatría de la Fundación Jiménez Díaz, Enrique Baca, uno de los participantes en el congreso y que se encargó de hablar sobre la relación de la crisis con los suicidios, destaca, al igual que Giner, que la única vinculación conocida es el paro y que no es igual en todos los rangos de población, ya que este motivo afecta más a las personas de entre 15 y 40 años. No solo cuando hay una situación de desempleo, sino también cuando se da una retirada de subvenciones.
En cuanto a los desahucios, asegura que no hay ningún estudio que vincule estos con los suicidios y que son casos aislados si se tiene en cuenta que en España se dan de 10 a 20 muertes por este motivo diarias. Eso sí, indica que esto no quiere decir que ante una situación crítica como es un desahucio no haya personas que decidan tomar ese camino.
