En un marzo repleto de protestas en Andalucía por parte de las organizaciones agrarias, que denuncian la presión a la baja que las cadenas de distribución ejercen sobre los precios de sus productos, el presidente de Mercadona, Juan Roig, anunció ayer que ha cursado una "recomendación", palabra que cabría interpretar en esta compañía de supermercados como orden, a sus interproveedores para que realicen contratos asegurados con los agricultores y ganaderos españoles y, así, "todos ganemos dinero y, además, las siembras y la creación de riqueza se queden en nuestro país".
En la presentación en Valencia de los resultados del grupo correspondientes a 2010, ejercicio con récord de beneficio que, con 398 millones de euros, creció un 47% respecto al anterior, Roig matizó que no se trataría de primar los cultivos españoles, pues al fin y al cabo cuenta la calidad y el precio, pero sí de que sus 102 fabricantes principales (con los que mantiene una relación comercial de por vida, a los que llama interproveedores, como son los sevillanos La Muralla, en mantecados, o Sovena, en aceite de oliva) trasladen a sus proveedores, en este caso agricultores, la estabilidad contractual y de precios que la cadena mantiene con ellos.
No a cualquier precio, aclaró. Hay que buscar las fórmulas para que los ganaderos produzcan la leche con la misma cotización que en Francia y que los agricultores cosechen aceite de semillas al coste que lo hace Ucrania. Siendo así, se podría transferir al campo la filosofía de trabajo que Mercadona despliega con sus interproveedores. Es la estrategia "de los girasoles", según la definió.
Entrando ya en números, el grupo de supermercados, de capital familiar español, registró una facturación de 16.485 millones de euros, un 16% más, a pesar, dijo Roig, de que su carro menú (cesta media) se había abaratado un 4% gracias, sobre todo, al ahorro de costes, a la innovación en artículos y al aumento de la productividad, y cifró en 260 millones el dinero total que se había quedado en el bolsillo de sus clientes. En cuanto a la plantilla de Mercadona, aumentó en 1.500 trabajadores, hasta los 63.500, repartidos entre sus 1.310 supermercados, red que creció en 46.
Al abordar la estrategia comercial seguida para cosechar ese fructífero balance, el presidente de la cadena recordó que, junto al recorte de precios, desde octubre de 2008 Mercadona, para frenar la pérdida de clientes, ya adoptó medidas "valientes, molestas e impopulares", pero, al final, fueron acertadas tanto para la empresa como para sus clientes.
Esa tónica seguirá, y citó por ejemplo la eliminación de las bolsas de plástico de un solo uso y el cobro de las reciclables (en Andalucía ya se hace), contribuyendo así al medio ambiente y posibilitando un ahorro que se trasladará, de nuevo, a los precios.
Para 2011, cuarto año de la crisis económica, Roig pronosticó un incremento de ventas y beneficios del 5%, al tiempo que serán 60 nuevas tiendas y mil nuevos empleos. Inversión, 600 millones de euros, cifra similar a la de 2010. Más convincente que otros años, apuntó que el que viene podría ser el de la internacionalización de Mercadona, en países que, sólo concretó, serán "cercanos".
En lo que atañe estrictamente a Andalucía, Mercadona realizó el año pasado compras en esta comunidad por valor de 2.236 millones, un 5% más que en 2009, y cerró el ejercicio con 318 tiendas (la red creció en 12) y 15.105 trabajadores (la plantilla aumentó en 205), todos con contrato indefinido. La compañía trabaja directa o indirectamente con 2.560 pymes de la región.
Sus interproveedores realizaron inversiones de 52,8 millones (destacaron los 8,1 millones del fabricante de detergentes Persán y los 3,5 millones de La Muralla). "Estas inversiones reflejan el alto grado de riqueza y empleo que genera Mercadona en Andalucía", según directivos de la compañía en la comunidad.
«2011 será mejor que 2012, lo peor está por llegar»
Juan Roig, la quinta persona más rica de España según la revista Forbes, se mostró ayer muy satisfecho con el balance de la compañía en 2010, pero el pesimismo impregnó sus palabras al hablar de la evolución de la economía española.
Es más, por tercer año consecutivo sentenció que lo peor de la crisis está por llegar. "2011 será más bueno que 2012". Restó importancia al citado ranking de fortunas, en el que dijo no creer, y habló, en cambio, de sacrificio esfuerzo y de que su misión, como la de Mercadona, es crear riqueza y distribuirla.
El empresario recurrió a palabras de Felipe González conminando a acometer ya las "malditas reformas pendientes", aunque no quiso entrar en detalle sobre cuáles, en su opinión, faltan aún. Eso sí, de su presentación habría que colegir que son tres las asignaturas sin aprobar.
La primera, la de la productividad, y puso como ejemplo a su compañía, donde ese indicador (cuánto se produce por empleado) creció un 5% el año pasado. "La crisis sólo acabará cuando nuestro nivel de productividad en España se corresponda con su nivel de vida; si no es así, tendremos un nivel de vida más bajo, pues somos más pobres que antes".
Ese problema de la baja productividad, sostuvo, se complica con el elevado absentismo laboral que, calculó, cuesta al país 18.000 millones de euros al año, el 1,5% del PIB, y la economía sumergida, que, según un informe de Funcas, equivale al 17% del PIB.
La segunda, las empresas públicas que, aseveró, no hacen sus deberes como las privadas. Y tercera y última, un cambio cultural donde impere el esfuerzo y el sacrificio y los salarios estén vinculados a los objetivos, a los beneficios, y aquí detalló que, por cumplirlos en 2010, su plantilla se repartirá 210 millones de euros. Resumen: productividad.