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Mercé no encontró la llave

el 31 ene 2013 / 23:33 h.

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Nuevo Auditorio de Fibes. 31 de enero.  Artista invitado: José Mercé. Mi única llave. Artistas invitados: Pepe Habichuela y David Peña Dorantes. Acompañantes: Diego del Morao, Pepe del Morao, Faical Koussich, Manuel Nieto, Cesáreo Moreno El Güito, José Antonio de los Reyes El Negro, Rafael de los Reyes Rafa y Marcelino Fernánde Marce .  Entrada: 1 200 personas.

José Mercé es un cantaor con un gran carisma y de gran poder de convocatoria, que cuenta con miles de aficionados en el país. Siempre ha sido un artista muy estimado en Sevilla, desde que a mediados de los años ochenta comenzara a cantar en nuestra ciudad. El artista vive su etapa más comercial en el cante, con este nuevo disco, Mi única llave, que vino a presentarnos anoche, con mucho boato y poco publico en el Auditorio de Fibes. Unas 1200 personas, o sea, menos de medio aforo, seguramente por la cuesta de enero, pero, sobre todo, porque el cantaor de Jerez no tiene el tirón de hace una década, que es lo que suele ocurrir cuando se basa el tirón en un pelotazo discográfico, y Mi única llave no ha abierto nuevas puertas al éxito, entre otras razones porque no es ni muchos menos una gran obra discográfica, sino todo lo contrario. Javier Limón le ha diseñado un traje musical que no le favorece nada, sobre todo porque ha perdido brillo y facultades.

José Mercé comienza a mostrar cansancio en la voz y no lo evidencia solamente en sus cantes pseudoflamencos, sino cuando intenta cantar por derecho. Saber sabe, desde luego, porque lo ha mamado y lo lleva pegado en las tripas. Pero cuando anoche se metió en faena, como preámbulo a la presentación de algunos de los temas del disco, cuando abordó la malagueña de El Mellizo y las soleares de Alcalá, le faltó ligazón y una correcta administración del aire. Sin embargo, estuvo sobrado de profundidad y pellizco acordándose de la expresión jonda y gitanísima de Juan Talega y doliendo en las seguiriyas jerezanas. En estos cantes, con Diego el Morao a la guitarra, estuvo correcto. Mejor que en su desafortunado remedo de Manolo Caracol en La Salvaora, acompañado al piano por su sobrino Dorantes. Lo peor llegó cuando comenzó a desgranar la mazorca musical del nuevo disco, por ejemplo en su homenaje a Morente interpretando su Elegía a Ramón Sijé, de Miguel Hernández, con el histórico Pepe Habichuela a la guitarra. Obra maestra empobrecida, sin duda.

Un poco de aire fresco del Barrio de Santiago jerezano a cargo de su fino guitarrista, Diego del Morao, en solitario, para a continuación interpretar los fandangos de Huelva que dan título al disco, Mi única llave, con una letra en el segundo fandango tremendamente desafortunada. LLegaron luego las alegrías y los tangos, con la voz ya destrozada y sin motivación. Y el tema convertido poco menos que en un himno, Al Alba, de Aute, donde pidió la colaboración del público. Y poco más que merezca ser reseñado. Decepcionó el concierto, sobre todo porque llevaba tiempo sin cantar en Sevilla y había ganas de comprobar sobre el terreno si aún podemos pensar en este cantaor para tirar del carro del cante, en un momento en que hace falta que alguien con fuerza y sabiduría reconduzca esto. José Mercé, desde luego, por lo escuchado anoche, no es el cantaor.

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