Uno de los pesos pesados del Real Betis de Felipe Mesones en la campaña 91-92 fue Juan Merino, actual segundo entrenador del Recreativo. El de La Línea de la Concepción, titular indiscutible junto a Grussman en la zona medular en aquel episodio, recuerda con especial nostalgia aquella etapa en las filas del conjunto de La Palmera. "Las sensaciones no es que sean diferentes, es que son opuestas. Aquel año lo teníamos mucho más difícil desde el principio", relata en una conversación telefónica con El Correo.
"Este Betis impone y da la sensación de que va a ser campeón sí o sí", advierte alguien que señala con color rojo la promoción de ascenso ante el Deportivo, saldada a favor del once blanquiazul. "Yo sufrí muchísimo por dos razones", recalca con voz pausada. "No sólo porque no subimos, que también, sino porque perdí a mi padre en aquella promoción", dice. "Él murió de un infarto viendo el partido", apostilla.
"Aquel año éramos jugadores muy jóvenes y el objetivo era sentar las bases para el futuro, y en esta ocasión hay muchísimo más empaque, las diferencias son abismales", recuerda. "En aquella ocasión llegamos al final muy cansados y lo notamos", rememora 19 años después. "Recuerdo que en la promoción estábamos fundidos, hacía ya muchísima calor y el equipo estuvo muy fatigado", opina.
"Lo del Deportivo fue una lotería", lamenta. "En la Liga perdimos con claridad ante Rayo y Celta fuera, y eso nos pesó como una losa". Y es que, a su juicio, "el Betis de Pepe Mel ha sabido salir de la crisis de resultados con una naturalidad asombrosa". Según su punto de vista, la principal virtud del conjunto de La Palmera "es su fortaleza mental".
"No es que tenga al Betis en la quiniela para subir, es que sé que va a ser campeón, segurísimo", recuerda. "Este Betis de Mel es más compacto y homogéneo en su juego que aquel", ensalza. "Es más, creo que tiene hasta más calidad que el que ascendió a Primera en 1994", finaliza.
