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Juan Merino: "El descenso es algo secundario para mí"

Asume el mayor reto de su carrera en un filial que retorna a Segunda B tras un curso de ausencia. Niega ser amigo de Buenaventura.

el 03 ago 2014 / 00:02 h.

IMG_4729_opt El entrenador del Betis B, Juan Merino. (Foto: Bernardo Ruiz). El entrenador del Betis B, Juan Merino, atendió a El Decano Deportivo con el que mantuvo una extensa entrevista. Entre las respuesta del míster verdiblanco hay que destacar su respuesta ante los objetivos del equipo y la importancia que le da a un posible descenso. ¿Cuándo y cómo entabló su primer contacto con el Betis para dirigir al filial? Pedro Buenaventura –director deportivo de la cantera heliopolitana– me llamó por primera vez una semana antes de que finalizara la Liga regular. Al principio me comentó que él no quería hacer cambios en el Betis B, ya que su primer candidato para el banquillo era Óscar Cano. Sin embargo, unos días después volvimos a hablar y me explicó que Cano le había dicho que su idea era no seguir y que yo era una de las opciones. ¿Dudó en aceptar la oferta? Para nada, pero siempre quise saber las expectativas que tenía Pedro. ¿Se atreve con un balance de sus primeros 20 días? Nosotros tenemos claro que el objetivo primordial es formar a los chavales. Mi idea es proyectar y potenciar las cualidades que tienen los jugadores. Aquí hay que ser competitivo. Un equipo demasiado joven, ¿no? Es joven, sí, pero estoy seguro de que con trabajo e ilusión vamos a sacarle partido al grupo. Ascender a Segunda División B el año pasado fue algo fundamental. Afronto esta etapa con esperanza y entusiasmo. ¿Cuál va a ser su libro de estilo? En mi presentación les dije a los chavales que partía de la base de que ni Julio Velázquez –técnico del primer plantel– ni Pedro Buenaventura me habían impuesto ni un sistema ni una filosofía. El sistema es lo de menos. La capacidad del equipo me va a dictar qué dibujo vamos a sacar. Lo que sí pido es que seamos intensos, agresivos y sacrificados. Para mí es clave que un jugador transmita hambre por llegar al primer equipo. Los jugadores del curso anterior serán fundamentales, ¿no? En principio deberían formar el esqueleto por su veteranía. A día de hoy lo que sí le puedo decir con la máxima alegría es que estoy muy contento con los juveniles que están participando. De repente han surgido Pozo, Hinojosa, Ceballos... Sólo llevamos dos semanas de trabajo, pero la aportación de los más jóvenes está siendo magnífica. La pretemporada es diferente a la competición, pero tengo claro que dan el nivel. ¿Priorizará la permanencia o la formación de los canteranos? Para mí, el objetivo prioritario es formar jugadores, no salvarnos. Después, la gente me juzgará por los resultados, pero yo tengo claro que mi principal misión es surtir de canteranos a Julio Velázquez. No digo que descender sea algo sin importancia, pero sí es cierto que en lo personal es algo secundario. Hablemos de la Liga. ¿Con qué rivales directos pelearán? Aún es pronto porque el mercado está muy activo, pero intuyo que habrá mucha igualdad. Excepto Cádiz, Real Jaén o Cartagena, todos los demás equipos partimos en una línea similar de expectativas. Aquí cualquiera te puede sorprender. Y para el estreno el Cádiz. Un sorteo caprichoso, ¿no? Creo que ha sido el mejor escenario para el comienzo de un equipo tan joven como el nuestro. Desde ya nos estamos preparando para saber competir en partidos así. Es su segunda experiencia en solitario, ¿cómo afronta el reto? Asumo el encargo con muchas ganas y con la experiencia que me han dado los años que han transcurrido desde aquella etapa en el Xerez hasta hoy. Debuta en un segundo equipo por primera vez... En teoría debería ser más fácil. Los chavales trabajan con una intensidad que es muy difícil mantener en una primera plantilla. Muchos de los entrenadores que triunfan a día de hoy empezaron en un filial y eso estimula. Y además en el Betis, su hogar... El Betis es más que mi casa. Soy una persona muy agradecida y yo a este club le debo mucho. El cariño es recíproco, ya que yo quiero mucho este escudo. Los hombres de fútbol dicen que para ser un técnico de raza se ha debido de ser despedido en algún momento de la carrera. Usted ya experimentó esa experiencia en Jerez, ¿no? Es normal que el que se quiera dedicar a entrenar tenga claro que en algún momento le pueden despedir –risas–. De aquella destitución me queda claro años después que el objetivo era ascender al Xerez. Al final de Liga el equipo quedó en la misma posición en la que yo lo dejé. Su contratación sorprendió porque el favorito era José Juan Romero... A mí no me molestó que sonara el nombre de José Juan Romero. Seguro que si se reunieron con él está capacitado para entrenar al Betis B, pero lo que sí tengo claro es que Buenaventura me dijo desde primera hora que yo era la primera opción. ¿Presenció el partido decisivo del play off ante el Orihuela? Estaba en la grada y me dio una alegría tremenda. Yo ya había hablado con Pedro, pero estaba nervioso porque no lo tuve claro hasta que firmé. Sabía que Óscar Cano era el candidato número uno del club, así que no me quedé tranquilo hasta el final. La mayor crítica al proyecto de Buenaventura es que ha reclutado a sus amigos. ¿Usted es amigo suyo? No, eso no es cierto. Yo sí tuve el placer de conocer a fondo a su padre, pero la primera vez que hablé con Buenaventura fue cuando me llamó. Yo jamás había coincidido con él.

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