La inmigración salta a la escena política en Alemania. La canciller, Angela Merkel, admitió ayer en un debate sobre la inmigración y la integración de la población islámica en el país que el intento de crear una sociedad multicultural "ha fracasado por completo" en Alemania.
Ante jóvenes de su partido Unión Demócrata Cristiana (CDU), Merkel afirmó que permitir que personas de diferentes culturas vivan sin que se integren no ha funcionado en un país que es hogar de cerca de cuatro millones de musulmanes. "Este enfoque (multicultural) ha fracasado, fracasado por completo", aunque evidentemente pertenece a Alemania, dijo Merkel en el encuentro que se realizó en Potsdam, al sur de Berlín.
La expresión sociedad multicultural -se suele hablar simplemente de Multiculti- tiene desde hace décadas una connotación despectiva entre los conservadores alemanes que insisten en que los inmigrantes debe adaptarse a la cultura mayoritaria del país al que llegan.
En ese sentido, al declarar el fracaso de la sociedad multicultural, Merkel sólo repitió lo que es un dogma en el ala más conservadora de su partido.
En ese sentido, Merkel es mucho más moderada que el líder de la CSU y primer ministro bávaro, Horst Seehofer, que se ha manifestado en contra de más inmigración proveniente de círculos culturales distintos al europeo.
Merkel realizaba estas declaraciones horas antes del viaje a Turquía del presidente federal alemán, Christian Wulff, donde viven cerca de tres millones de turcos. Wulff, mucho más conciliador, en su discurso del día de la unidad alemana, dijo que "el Islam forma parte de Alemania" al igual que el judaísmo y el cristianismo.
La afirmación de Wulff ha despertado simpatías en Turquía -el presidente de ese país Abdullah Gül ha elogiado el discurso de su homólogo- pero en Alemania las reacciones han sido encontradas, sobre todo en la Unión Cristianodemócrata (CDU) -el partido de Merkel- y su ala bávara la Unión Cristianosocial (CSU).
Del lado de la Iglesia Católica, el cardenal de Colonia, Joachim Meissner, dijo que esperaba que el discurso de Wulff sirviera para que se iniciara una discusión acerca de que los cristianos en Turquía deben gozar de los mismos derechos que los musulmanes en Alemania. Asimismo, Meissner apeló a Wulff a que subrayase durante su viaje que si como él se siente presidente de todos los alemanes, incluyendo los musulmanes, Gül debe sentirse presidente también de los turcos cristianos y expresarlo abiertamente.
Los cristianos en Turquía suelen quejarse de que sus comunidades no gozan de un estatus jurídico claro.
Otro tema, también relacionado con el Islam, que debe desempeñar un papel importante durante la visita de Wulff a Turquía es el de las aspiraciones de ese país a convertirse en miembro de la Unión Europea (UE).
La línea dominante en la CDU es la de rechazar el ingreso y ofrecer en cambio una "asociación privilegiada".
