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Metro de Madrid mantiene el cierre de la red y amanece sin trenes

Esta situación hace que los casi dos millones de usuarios habituales de Metro tengan que buscarse un transporte alternativo para poder desplazarse por la ciudad.

el 30 jun 2010 / 08:33 h.

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Los andenes de Metro de Madrid han vuelto a amanecer cerrados este miércoles en lo que constituye el segundo día consecutivo de huelga en el suburbano sin servicios mínimos, después de que el martes se viviera en la región, especialmente en la capital, una jornada caótica debido a que los piquetes impidieron la salida de los trenes de las cabeceras de línea.

A diferencia de lo ocurrido el martes, cuando los usuarios aún confiaban en poder viajar a sus casas o puestos de trabajo en el suburbano, hoy pocos madrileños se han atrevido a acceder al Metro con el objetivo de intentar utilizar este medio de transporte.

En las estaciones de la red madrileña podía escucharse a través de la megafonía y leerse en los paneles informativos la misma leyenda de ayer: "Metro de Madrid informa de que con motivo del incumplimiento de los servicios mínimos establecidos no se presta servicio en toda la red de metro. Rogamos abandonen las estaciones".

A primera hora de la mañana, el andén de acceso a la estación de la Puerta del Sol estaba totalmente vacío, y tan solo había unos cuantos turistas despistados que desconocían la situación de huelga. El mismo escenario se contemplaba en otras paradas, como la de Tirso de Molina.

Esta situación hace que los casi dos millones de usuarios habituales de Metro tengan que buscarse un transporte alternativo para poder desplazarse por la ciudad. El martes, las vías más utilizadas fueron los servicios de Cercanías y EMT, que tuvieron que reforzar su flota; el taxi, que aumentó su demanda un 30 por ciento, y el vehículo privado, lo que generó los correspondientes colapsos de carreteras.

Está previsto que en la mañana de hoy se celebre una asamblea de trabajadores de Metro en la que decidirán los siguientes pasos a seguir, ya que está convocado un paro indefinido a partir de mañana, 1 de julio. De prolongarse la huelga, la Comunidad de Madrid podría poner autobuses privados que realizaran por superficie los mismos recorridos que hace el metro bajo tierra.

EL ORIGEN DE LAS PROTESTAS

En el origen de las protestas se encuentra la decisión del Gobierno regional de rebajar el sueldo de los empleados públicos un 5 por ciento, adaptando la normativa estatal. La única diferencia, es que el decreto madrileño se aplica también a las empresas públicas, entre las que se encuentra Metro de Madrid.

No obstante, el caso de los trabajadores del suburbano es distinto al de otros empleados públicos, ya que ese recorte se podrá efectuar en cualquiera de las partidas del capítulo primero, no sólo en los sueldos.

A juicio de la presidenta regional, Esperanza Aguirre, esto es lo que deberían de estar negociando los sindicatos con la empresa en lugar de estar "amenazando" con "reventar Madrid" con sus paros y de dejar sin servicio a la ciudad. De hecho, Metro de Madrid comunicará hoy los primeros expedientes sancionadores de esta huelga.

Aguirre advirtió el martes de que los sindicatos no pueden "poner en jaque" a 6,4 millones de madrileños y consideró que su caso no puede ser visto como una "excepción" por el sólo hecho de tener capacidad para "chantajear" con la paralización de las ciudades.

Por su parte, el consejero de Transportes e Infraestructuras, José Ignacio Echeverría, ya señaló el martes que la empresa no se sentará a negociar mientras se cometa "la ilegalidad" de no respetar los servicios mínimos.

Ayer se produjo un intento de abrir la línea 8 de Metro con la ayuda de la Policía Nacional para garantizar la seguridad de los viajeros, un objetivo que se vio truncado por la acción de piquetes informativos que disuadieron a los conductores de poner en servicio alguno de los trenes.

La situación en Madrid ayer fue tal, que tanto el ministro de Fomento, José Blanco, como el del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ofrecieron sus servicios a la jefa del Ejecutivo autonómico para intentar evitar situación de caos.

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