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Metro y Cajasol. Dos estrenos para el orgullo

Puede que sea éste uno de los Domingos de Ramos más señalados. Llegamos a tan significativo día con dos estrenos rotundos y relucientes como son la puesta en marcha del Metro así como con la culminación del proceso de fusión entre El Monte y Caja San Fernando dando a luz a Cajasol.

el 16 sep 2009 / 00:55 h.

Puede que sea éste uno de los Domingos de Ramos más señalados. Llegamos a tan significativo día con dos estrenos rotundos y relucientes como son la puesta en marcha del Metro así como con la culminación del proceso de fusión entre El Monte y Caja San Fernando dando a luz a Cajasol. Han sido dos logros, dos grandes obras, que suponen un claro avance que acentúa el perfil más innovador y, por qué no decirlo, más poderoso, también, de la capital andaluza. Todos hemos de sentirnos orgullosos de lo conseguido. Sobre la importancia y trascendencia del sistema de transporte metropolitano del que nos hemos dotados poco cabe más que añadir. Sólo con contemplar la cara de satisfacción de los usuarios es suficiente para subrayar, por un lado, la imperiosa necesidad que se tenía aquí de este medio de locomoción con el que ya cuentan otras ciudades desde hace años y, por otro, lo acertado en sí del proyecto que hoy es ya una espléndida y feliz realidad. Se ha saldado una especie de "deuda histórica" que se mantenía con Sevilla, aunque está claro que no se liquidará del todo hasta que no haya garantías plenas de que se van a desarrollar el resto de líneas.

Euforia contenida después de tanto sacrificio

Hicieron bien nuestras autoridades al inaugurar el Metro en reconocer las molestias que habían ocasionado las obras a los vecinos de las zonas afectadas. Han sido unos largos cinco años de problemas y dificultades pero, al final, ha merecido la pena tanta espera y sacrificio. La euforia contenida que se percibía en las calles de la ciudad borraba de un plumazo los inconvenientes inherentes a unos trabajos constructivos muy complejos. Y lo dicho, lo alcanzado ya es para estimular debidamente nuestra autoestima como un pueblo capaz de conseguir lo que se propone aunque para ello haya tenido que esperar más tiempo del necesario. Pero ahí está ya, para el disfrute de todos, un metro modernísimo que va a aliviar, sin duda, los accesos a la capital y, en definitiva, la movilidad de los ciudadanos del área metropolitana. Por mucho que quieran algunos apuntarse el tanto, las cosas son como son: les corresponde a los actuales gobernantes el reconocimiento de lo conseguido puesto que ha sido bajo el mandato de los socialistas cuando, por fin, se ha hecho realidad este viejo sueño de Sevilla.

La fusión que otros no pudieron hacer

Las circunstancias han hecho, además, que coincidiera este acontecimiento con la elección de los nuevos órganos de gobierno de Cajasol. Bajo la presidencia de Antonio Pulido, concluye el proceso de fusión que otros intentaron en varias ocasiones fracasando estrepitosamente y protagonizando, en determinados casos, lamentables episodios tildados de corrupción y prepotencia. Puede que éstos ahora observen desde fuera, bien abrigados, los acontecimientos, pero el honor de haber materializado una vieja aspiración de la sociedad sevillana no les corresponderá a ellos, ni muchísimo menos. Afortunadamente, han quedado en la cuneta de nuestra historia más próxima. Pero, al margen de esta incidencia, lo importante es que ya tenemos un instrumento financiero más sólido y cargado de expectativas de futuro. Metro y Cajasol, signos de un nuevo tiempo y resultado del esfuerzo de todos.

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