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"Mi escritura quiere invitar a pensar, no sólo a hacer que el lector se sienta bien"

La editorial Caballo de Troya lanza el nuevo libro de esta cordobesa, profesora de la Universidad de Sevilla, que plantea sugestivas metáforas sobre el momento actual y sobre los futuros posibles

el 25 sep 2012 / 11:43 h.

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Remedios Zafra (Zuheros, Córdoba, 1973) escribe en su último libro sobre una disyuntiva más que frecuente en estos tiempos: irse o quedarse, querer marchar o no tener más remedio que hacerlo. También irse para volver convertido en otro. Lleva por título Despacio, lo ha publicado Caballo de Troya y es uno de los títulos más interesantes de la temporada que comienza.

“Es una parodia de la época”, afirma la autora. “Una historia de veinticuatro historias, protagonizadas por personas que ven cómo el mundo en el que viven se está desmoronando. Ese mundo donde hemos querido todo y muy rápido, pero ahora comprobamos que ese mecanismo ya no funciona”, agrega.

Profesora de Arte, Innovación y Cultura Digital en la Universidad de Sevilla y de Políticas de la Mirada y Retórica de la Imagen en la Universidad Carlos III de Madrid, Remedios Zafra era conocida hasta ahora como ensayista, con libros como Un cuarto propio conectado, traducido al italiano y al inglés. No obstante, a raíz de ganar un premio internacional para mujeres del medio rural y pesquero, sintió la llamada de la ficción.

“La literatura, gracias al juego de la metáfora, hace ver contradicciones de la vida y permite ver de verdad qué está pasando”, comenta esta sevillana de adopción, que no duda en asentir cuando se le pregunta si su obra aspira a cambiar cosas. “Mi escritura quiere invitar a pensar, no sólo hacer que el lector se sienta bien. En lo que hago siempre late una intencionalidad política: creo que la narrativa puede desvelar mecanismos de la forma de vida cotidiana que el ensayo no alcanza a ver. Además, te permite llegar a un público diferente, introduce al otro allí donde deseas que se produzca un cambio”.

En la fauna humana que Zafra desarrolla en Despacio, destaca la figura de Laquestapeor, “esa persona que siempre tenemos cerca, y a quien usamos de referencia para seguir en la vida”, dice. “Refleja la necesidad de verbalizar y saber que lo malo que nos pasa no sólo nos ocurre a nosotros. También hago una crítica implícita a Laquestapeor como ese hada madrina del poder que también tiene una función social: hace que uno se resigne, que pensemos que, por mal que estemos, todavía hay un umbral que descender”.

Los personajes de Despacio, por otro lado, aguardan en un kafkiano andén la llegada de su tren, pero apenas alcanzan a ver pasar vagones raudos que se anuncian a destiempo. “Es una metáfora de la parálisis de la gente, y también de la ruptura de las reglas de juego”, aclara Zafra. “Hasta ahora confiábamos en los políticos y en la gente de dinero, sintiendo que había quien pensara por nosotros. Nos hemos dado cuenta de que no es así, y a la vez el tiempo del andén es un tiempo que permite pensar: es un tiempo revolucionario”, apostilla la escritora

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