Cultura

"Mi marido me ha enseñado a ser mujer y madurar"

La sevillana continúa imparable una carrera nacional e internacional a la que suma éxitos como el de llenar el Auditorio de Fibes el próximo 8 de marzo.

el 08 feb 2014 / 21:50 h.

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Pastora SolerHan pasado casi veinte años desde que lanzó su primer disco al mercado y Pastora Soler recoge, por fin, los frutos de una siembra en la que ha habido épocas duras que, el tiempo -y su enorme talento-, han terminado dando la razón a la que, desde muy niña, tuvo claro que lo suyo sería cantar. Ahora, cuando en puntos tan lejanos en el mapa como Miami y Croacia la esperan con impaciencia, cuando ha iniciado una gira por España que no deja de colgar el "No hay entradas" (como pasó ayer en Barcelona o pasará el 8 de marzo en Fibes), es buen momento para hacer balance tras la publicación de su álbum, "Conóceme", un antes y un después en su carrera. Con la intención de cerrar en diciembre regresando a actuar a su tierra de nuevo, para cerrar así los conciertos de esta temporada, la de Coria del Río disfruta también de su marido, Francis Viñolo, en una relación que la ha hecho madurar y, según nos cuenta en esta entrevista, ver la vida desde otra perspectiva. -¿Por qué el título de su disco 'Conóceme´? ¿Piensa que no se sabía demasiado de usted? -No es eso. A raíz de Eurovisión me di cuenta de que la gente te etiqueta y no te da la oportunidad de evolucionar. Decían: "¡Este año llevamos flamenco (o copla) al festival!" y, claro, yo llevaba mucho sin hacer esos estilos. Escuchar ese tipo de comentarios fue la clave para decidir hacer lo que de veras me gusta. -¿Cómo le gustaría entonces que la vieran? -Como una voz, una intérprete que no está encasillada en ningún estilo. -¿Su trabajo es lo más importante en su escala de valores? -No. Lo es mi vida personal. Uno de mis sueños es ser mamá y hasta ahora no lo he cumplido precisamente por mi entrega en mi profesión, pero llegará. Si tuviera que escoger, prefiero vivir. -¿De qué forma surgieron los sentimientos con su marido? -Nosotros teníamos la base de la amistad. Lo conocía de mucho tiempo porque formaba parte de mi equipo y salíamos juntos incluso teniendo cada uno otras parejas… hasta que surgió. En otras relaciones, después de enamorarme, se me pasaban las "mariposas" pero con Francis es al contrario. No hay nada más maravilloso que eso: la estabilidad, la confianza… Eso te aporta mucho más allá del amor. -Hasta tal punto que, después de 'Toda mi verdad', le dedica otro tema, del que usted firma la letra, en 'Conóceme'… -Sí. Mi mensaje es ése: "Si volviera a empezar, te elegiría a ti". Después de hacer balance de los cuatro años que llevamos casados, en los que también ha habido momentos de crisis, considero que, lo que soy ahora, lo soy con él. He sido "niñata" hasta hace poco y él me ha enseñado a ser mujer y a madurar. Aparte, en el terreno artístico, me da mucha seguridad y, en general, me arropa mucho. -¿Es el hombre de su vida? -Eso es tan complicado… Hoy por hoy, sí, me veo con él el resto de mi vida y creo que sería difícil que hubiera una ruptura. Hablamos mucho de muchas cosas. Por ejemplo, de la infidelidad. Tendría que caerse todo para ser infiel. -¿Perdonaría una? -(Tajante) No. Y lo mismo me podría arrepentir después pero no perdonaría eso. Es más, a lo mejor no se llega ni a la cama y puede ser una traición hasta peor. Soy muy fiel y no me merezco esa traición. -¿Y lo de los hijos? ¿Se imagina compatibilizando todo? -(Risas) Hombre, bajaría mi nivel de compromisos laborales… Cuando miro a mi sobrina, y lo que me estoy perdiendo suyo, me da tanta pena… En mi caso, seleccionaría más todo y sé que el cuerpo me pediría estar por lo menos un año sin hacer nada. ¡Habría que preguntarle también que le parece a mi hermano! (risas). -A su madre le dedica también una canción… -Sí. Era el momento de darle las gracias. Al haber madurado soy más consciente y valoro más eso en lo que antes no caes, lo bien que lo han hecho mis padres y lo difícil que debe haber sido apoyarme en una profesión así. Todos los días la llamo y necesito su aprobación y, hasta desde lejos, la siento. -Sea como sea, en general suele cantarle más al desamor, ¿no? -He sido muy de desamor pero no significa que lo haya pasado mal. Lo que pasa es que, al haber cantado copla desde pequeña, imagínate… Te metes en unos dramatismos tremendos. Últimamente me preocupo de llevar mensajes más positivos con letras que lleven felicidad en las parejas. -¿Hay diferencia entre Pastora y Pili? -Mucha. Solo soy Pastora Soler en el escenario. Ahí sí entro en el rol de artista pero en el camerino soy Pili. -Una buena persona a la que el público quiere pero, ¿ser un poco "diva" no le ayudaría más? -Seguro. Y en ocasiones intento hacer el esfuerzo pero no me sale ser así. La mía es una familia normal y yo creo que eso tiene más valor y se reconoce más. Me he llegado a sentir como cordero en un mundo de lobos. En las fiestas, por citarte algo, me encuentro fuera de lugar. Soy tímida y no me gusta llamar la atención. Empecé con un padrino como Luis Sanz, hombre muy exigente, y me llevé el primer desengaño en este mundo mío donde nadie me ha regalado nada. Con 17 años no sabía que sería de mi futuro. Me matriculé de Historia del Arte, me saqué el carnet de conducir e intenté descubrir si podía ser feliz sin cantar. -No podemos olvidar el peso que, para lo suyo, tiene la imagen… ¿Se cuida mucho? -Me gusta, sí. No soy dejada en ese sentido y me preocupo sin obsesionarme. Cuido el vestuario sobre los escenarios y me cuido yo. Hago deporte y, si tuviera que operarme, lo haría sin problemas. Lo que pasa es que me da miedo y no quiero una cara perfecta. Me cambiaría mi nariz pero también es mi personalidad. Sea como sea, lo que me encantaría transmitir es ser buena gente. Llevaría fatal que pensaran que soy prepotente. -Con más de 235 mil seguidores, en su twitter tiene más poder que muchos medios… ¿Es consciente? -Es una herramienta que hacía falta. La "tele" está mal, no se venden discos, no hay apenas conciertos… Las redes permiten una comunicación directa a la que, eso sí, hay que dedicarle un tiempo que compensa el cariño de tus admiradores. -¿Nunca se enfada? -Poco pero, cuando me pasa… (risas). Me molestan la mentira y la falsedad y me tenso cuando, en el trabajo, no está todo bien pero soy muy mala jefa. No soy "cañera" y debiera aprender un poco más a serlo. -¿Creyente? -Sí. Y me aferro a eso aunque no sea practicante. Luego, en Sevilla, lo de las imágenes forma parte de nuestra cultura pero yo voy más allá. Concibo a Dios como un total, no como un icono. -¿Y qué más? Déjenos conocer más a Pastora Soler… -(Risas) ¿Más? A ver… Me gusta ir de tiendas y ser ama de casa. Hacer mi compra, planchar, poner la lavadora, ser esposa y prepararle la comida a mi marido… En el fondo soy nerviosa y siempre tengo que estar haciendo algo. Ver la tele y coger un mando, jamás. ¡Ah! Y me apasiona mi pueblo. Me enorgullece ser profeta en mi tierra…

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