"Miedo me da", sentencia escuetamente Enrique González tras el mostrador de la Cuchillería Castilla -60 años contemplan a este negocio- cuando se le inquiere sobre los nuevos planes de tráfico para Triana y, en particular, sobre los efectos del anunciado cambio de sentido de la calle Castilla.
De Chapina al Altozano -nuevo sentido propuesto para la circulación en la calle Castilla- resulta difícil encontrar a un comerciante o vecino que comparta el plan de reordenación del tráfico que el Ayuntamiento pretende implantar en el arrabal a partir de primeros de diciembre en paralelo al estreno de la peatonalización de la calle San Jacinto. Los afectados acogen con escepticismo e incredulidad la supuesta bonanza del nuevo plan de tráfico y cuestionan su necesidad y conveniencia.
Marisa Gómez, presidenta de la asociación Centro Comercial Castilla, vaticina que el cambio de sentido de esta arteria trianera "va a ser un caos", ya que provocará "grandes tapones" de circulación en el Altozano. "Todo el tráfico que provenga desde Sevilla por el puente y por la calle Castilla tendrá como única salida la calle Pureza, lo cual es una barbaridad ya que se trata de una calle superestrecha". La propietaria de la tienda Magoco, en el número 7 de la calle Castilla, teme además que la reestructuración de las líneas de autobuses de Tussam "obligue al que quiera coger el C-3 a tener que ir a Chapina".
Igual de crítico con los planes municipales se muestra Pepe Garcés, de Confecciones Garcés, en el número 14 de la calle. "Lo que va a provocar el cambio de sentido es que la gente deje de venir por esta zona, por lo menos en coche". A su juicio, las modificaciones previstas en el tráfico van a "perjudicar bastante" al comercio de la zona, ya que Castilla es una calle "pobre" en aparcamientos y "cuando un coche se encuentre en el Altozano sin posibilidades de aparcar tendrá que coger hacia el Paseo de Colón, con lo cual -explica- no creo que vuelva a entrar de nuevo en Triana".
Enrique González, de la Cuchilleria Castilla, en la acera de los pares, confiesa su temor ante los cambios de tráfico que se avecinan. "Me da miedo porque esta calle ya está mala de por sí, como lo prueba que hayan cerrado ya varios comercios. No hay forma de aparcar y cada vez es más complicada la circulación". El cambio de sentido para la circulación puede ser, a su juicio, un arma de doble filo: "Por un lado pienso que podría ser positivo, ya que sería la entrada natural para los vehículos que provengan del Aljarafe, pero por otro lado es una verdadera incógnita ya que cambiaríamos los hábitos o las costumbres de los clientes. Lo que me parece muy mal es el corte de San Jacinto", sentencia González.
La Bodega Santa Ana, en el 91 de Castilla, es otra institución en este arteria trianera. Francisco Miguel, uno de los hermanos Pérez propietarios del establecimiento, se cuestiona la conveniencia del cambio de sentido. "¿Para qué? ¿Para embotellar a todos los coches en el Altozano?", se pregunta, al tiempo que asevera que "Pureza no es una calle idónea para absorber tanto tráfico". "De lo que pretenden hacer aquí aún no tenemos una idea bien definida; pero lo que de lo que ya está hecho sí sabemos que es un caos", refiriéndose al embotellamiento que se produce a la entrada de San Jacinto por la plaza de San Martín de Porres, al absorber los vehículos que proceden de López de Gomara, Ronda de Triana y avenida de Coria. Y sentencia: "¿Sabes lo que se dicen en estos casos?: ‘Virgencita, virgencita...".