Tarde o temprano los caminos acaban cruzándose y el de ellos lo hará este domingo por segunda vez desde que se sientan en los banquillos de los dos principales clubes de la ciudad. Y no, no será el simple duelo entre técnicos de equipos a los que separa una gran rivalidad deportiva.
Será, además, un duelo entre dos viejos amigos a los que ciertas desavenencias han terminado distanciando. Un hecho éste evidente la pasada campaña, aunque fue a la conclusión de la misma cuando el distanciamiento se disparó. Ahora, Míchel y Pepe Mel vuelven a verse las caras en busca de una victoria codiciada en lo deportivo y lo personal. El ganador del primer derbi será doblemente feliz.
"Que nadie vaya a pensar que Pepe Mel y yo somos amigos. Tenemos una relación profesional, pero han ocurrido cosas en la vida que hacen que mi relación con él no pueda ser personal. A Pepe Mel lo conozco desde los 12 años -fueron compañeros desde infantiles en el Real Madrid-, pero ahora no somos amigos, no hay cariño. Si él dice que es amigo mío, allá él", explicó Míchel al término de la pasada campaña cuando se le preguntó por el técnico del Betis.
"Han pasado cosas en nuestra vida, muy personales, muy íntimas, que tienen que ver con que yo he preferido dejar de tener una amistad con él que antes sí tenía. Nada más, no pasa nada. ¿Cuánto hace que no hablamos por teléfono o que no tenemos una conversación fluida? Yo te digo que casi cinco años. Para mí fue muy grave lo que hizo. Él tuvo una elección de vida y a mí me pareció que no se correspondía con lo que habíamos hecho el uno por el otro. Nada más", añadía el técnico del Sevilla, indicando, pese a todo, que para él, Mel "es uno de los mejores entrenadores de esta Liga".
Por su parte, el técnico del conjunto verdiblanco se mostraba sorprendido por esas declaraciones. "No sé a qué se refiere. Me gustaría conocer las razones. Sé que está enfadado, pero nunca me lo ha querido decir. No tengo la conciencia de haber hecho algo que le pudiera perjudicar. Supongo que lo ha dicho porque lo ha meditado. No creo que sea fruto de un calentón. Él es muy inteligente y sabrá por qué lo ha dicho", dijo Mel, quien sí calificó de "amigo" a Míchel. "No nos llevamos bien porque no ha lugar. No hablamos desde hace cinco años, así que no lo va a hacer ahora. Él ha venido al velatorio de mis padres y le considero mi amigo, claro que sí", comentaba.
LOS ORÍGENES. Mucho se ha hablado de que la llegada de Mel al banquillo del Rayo en su día, tras la marcha de Míchel, pudo ser el origen de todo, aunque según el técnico del Betis lo hizo "después de que él rechazara una oferta de renovación". "A mí jamás se me ocurrió pensar que me estaba haciendo la cama cuando su nombre sonó para sustituirme cuando el Betis estaba inmerso en una mala racha", replicaba para zanjar el asunto definitivamente.
Ahora, seis meses después de aquel cruce de declaraciones, sus caminos vuelven a cruzarse. Y además, en un partido especialmente importante para el sevillista, cuyo equipo está inmerso en una mala racha de resultados y, además, sabe que no puede fallar ante una afición que ya la pasada campaña le vio perder ante el Betis. Mel, en cambio, llega reforzado por su buen campeonato y sabedor de que puede poner a su viejo amigo en un serio apuro.
