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Microsoft y la ortografía de JRJ

Dentro de algunos años, ojalá sean muchos, los españoles que escribimos nuestro apellido Giménez con G nos habremos rendido ante la tiranía de Bill Gates cuyos programas Microsoft Windows, en todas sus versiones, convierten automáticamente nuestra amadísima G en J, tal como quería Juan Ramón Jiménez.

el 15 sep 2009 / 09:48 h.

Dentro de algunos años, ojalá sean muchos, los españoles que escribimos nuestro apellido Giménez con G nos habremos rendido ante la tiranía de Bill Gates cuyos programas Microsoft Windows, en todas sus versiones, convierten automáticamente nuestra amadísima G en J, tal como quería Juan Ramón Jiménez.

Mi ancestral empeño de que el Giménez de mis mayores mantenga la tradición familiar de al menos dos siglos, me obliga a corregir a su vez al testarudo software y conminarlo con la tecla a que lo escriba como en tiempo inmemorial lo hacía mi tatarabuelo don Francisco Giménez Rodrigo desde que se estableció en Almería, procedente de Salduero (Soria), en la época de la Reina Castiza.

Lo que no pudo imponer uno de los más grandes poetas en castellano de todos los tiempos, Juan Ramón Jiménez, que se murió con las ganas de que la Real Academia Española aceptase la J para todo sonido que empezase por "ji", incluido por supuesto su Jiménez, lo logrará con el tiempo este invento de la informática que no respeta sagas ni abolengos y unifica a todo aquel que luzca tal apellido con la democrática, igualadora y muy española jota.

Es tal la inflexibilidad del programa del señor Gates que al mismísimo Ximénez de Cisneros, aunque le permite transitar con X, lo subraya en rojo para que el mejor escribiente advierta el borrón. Para Windows no hay más Jiménez que el de Juan Ramón.

Desde hace tiempo en buena parte de la correspondencia que recibo o de los listados que consulto donde aparece mi primer apellido, la J se ha impuesto debido a la dictadura de la computadora que jamás desfallece en su intento de transformarnos a las Giménez en Jiménez.

Algunas secretarias puntillosas vuelven con el ratón a la inicial y pulsan la G, pero las más, seguramente agobiadas por el trabajo, permiten que el buzón engulla las cartas y la impresora alumbre las listas con la jota de nuestros pesares. Ni los ordenadores de los Juzgados son sensibles a esta minucia tan importante para la minoría española de los Giménez, por lo que mucho me temo que el Registro Civil termine por consagrar un solo Jiménez verdadero. El de JRJ.

No es ninguna broma lo que relato, pese a que la molicie veraniega me lleva a expresarme en clave de humor. Si el corrector automático del sistema Windows es muy útil en estos tiempos de olímpico desprecio a la ortografía (¿cuántos escritos serían ilegibles sin esa tozuda herramienta de Microsoft?), el invento de Bill Gates debería ser igualmente considerado con las distintas formas de escribir los apellidos, particularmente el que irremisiblemente camina hacia su extinción: ¡Giménez de España, uníos!

No nos moverán. La tiranía de Microsoft no podrá con nuestras tradiciones ni nos dejaremos influenciar por la locura transitoria del inmenso poeta de Moguer que en esto de la "ji" no tenía pizca de razón. A ver cómo suena jimnasio, jinecólogo?Tan malamente que el propio corrector de Windows se encampana y los pone como es debido. Qué cruz, hermanos en la fe de Giménez con G, nos ha traído la modernidad.

Periodista

gimenezaleman@gmail.com

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