Cuatro miércoles, cuatro noches, cuatro historias, y un parque, el del Alamillo. La compañía de teatro Escenoteca llega por séptimo año consecutivo al que, según la directora del proyecto Los Cuentos de una Noche de Verano, Pepa Muriel, es el Central Park sevillano. Sevilla no es Nueva York, ni tiene playa, pero poca falta le hace: asistir a los cuentos nocturnos de Los veranillos del Parque es la forma más rápida y barata de soñar despiertos.
La aventura por un mundo que tiene el mismo porcentaje de magia que de grados de más comienza esta noche a las 22.00 horas en el Patio Cortijo del Alamillo. Quienes se acerquen mañana por la noche por allí (sí, en plural, que ésta es una de esas actividades que, pese a no contar con el respaldo de ninguna estadística, se disfruta muchísimo más en familia) verá un bosque, una mujer y hombre mayor, los ingredientes de La bellísima Basilina y su muñeca de trapo. La historia está ambientada en un paisaje del bosque mediterráneo, porque... "Este año el hilo argumental de los cuatro cuentos son los paisajes", dice el Hada Titania, alias de Pepa cuando se sube a las tablas, "Al escuchar un cuento es inevitable crearse una imagen de él, los paisajes tienen vida y eso es lo que intentamos transmitir en escena".
Cuentos que respiran y que, si se escuchan desde muy cerquita, como lo hacen los niños que se sientan en las sillas de la primera fila en este "Teatro de verano" -como lo llama Pepa-, con sus bocadillos envueltos en papel de plata y sus piernecillas colgando con unos pies que apenas rozan el suelo del patio, diríase que casi palpitan, de lo vivos que están.
Pepa no está sola en la aventura. Le acompaña, además de las 450 almas jóvenes y no tan jóvenes presentes, Belén Lario, más conocida como Flor de guisante. "Es el personaje travieso, el que lo revuelve todo", dice una Titania que asume el papel de hada seria. Es ella quien habla de la iniciativa como una "propuesta abierta que se hace y se cuenta con el público". La inocencia, no sólo porque se trate de cuentos mágicos narrados que llevan a paisajes imaginarios, inunda el espacio reservado: entre ese público tan participativo del que habla Titania, hay muchos niños, pero también están sus padres y los abuelos: "Aquí no los traen, se van, y vuelven a recogerlos transcurrida la hora, aquí se quedan y viven la experiencia con ellos".
La compañía Escenoteca ha dividido cada uno de estos miércoles de agosto en cuatro partes: la Bienvenida, momento en el que se crea la atmósfera propicia para el inicio de la narración y tiene lugar la apertura del Libro de los Cuentos; la Narración, tiempo destinado a oír y soñar con el relato; la Relajación, unos minutos para respirar y disfrutar de una forma íntima y personal de las sensaciones vividas; y la Despedida, donde Titania hace entrega a los niños del obsequio simbólico referente a la historia que se ha contado.
¿Un trasto más para acumular polvo en las estanterías de casa? Nada de eso. Se trata de algo fabricado por los propios niños después de oir el cuento con elementos naturales (hojas del parque, tierra y especias aromáticas).
La entrada a la sala es gratis hasta completar un aforo que asciende a unas 450 plazas, eso sin contar las que quedan libres de pie. Salir de casa con tiempo, dando un paseo por los caminos serpenteantes del parque, ser testigo de la huída del sol y la consecuente llegada de la noche -algo menos calurosa siempre- tiene recompensa: asiento de primera en una obra de teatro que invita a soñar despiertos, que no es poco.
De utilidad:
Qué: Los Cuentos de una Noche de Verano, actividad comprendida en Los Veranillos del Parque del Alamillo.
Dónde: En el Patio Cortijo del Parque del Alamillo.
Cuándo: Empieza el miércoles por la noche, pero hay función programada todos los martes de agosto a las 22.00 horas. Es gratis.
Quién: La compañía Escenoteca es quien está tras esta iniciativa que tiene ya siete años de historia.
Programa: Miércoles 4: La bellísima Basilia y su muñeca de trapo; Miércoles 11: La molinera y el hombrecillo de la cebada; Miércoles 18: Las dos hermanas y el pantano encantado; Miércoles 25: La flauta que hacía bailar a todos.
Qué cuentan: Historias populares enriquecidas por Pepa y Belén en el mundo real (de la compañía Escenoteca), y el Hada Titania y Flor de guisante, en el mundo imaginario. Los cuentos hablan de paisajes (mediterráneos, de amapolas, de pantanos o de dehesas).
