Local

Miguel insiste en su carta de suicidio en que dejaron a Marta en la basura

La carta que Miguel escribió antes de su intento de suicidio en prisión insiste en que el cuerpo de Marta del Castillo fue arrojado a la basura y en que el crimen ocurrió como explicó en su última declaración ante el juez, a quien la Policía Judicial entregó la misiva para que pudiera analizarla. La carta no aporta datos nuevos, y de hecho el magistrado no ordenó ninguna diligencia.

el 16 sep 2009 / 00:34 h.

TAGS:

I.Comesaña

La carta que Miguel escribió antes de su intento de suicidio en prisión insiste en que el cuerpo de Marta del Castillo fue arrojado a la basura y en que el crimen ocurrió como explicó en su última declaración ante el juez, a quien la Policía Judicial entregó la misiva para que pudiera analizarla. La carta no aporta datos nuevos, y de hecho el magistrado no ordenó ninguna diligencia como llamarlo a declarar, como sí ha hecho cada vez que Miguel ha pedido variar su testimonio, la última a altas horas de la noche.

El manuscrito, dirigido a su abogada e introducido en un sobre cerrado, defiende simplemente la autenticidad de su última versión sobre la muerte de Marta. En este testimonio, que se produjo el lunes de la semana pasada, el principal acusado de la muerte de Marta contó al juez que entre él y su amigo El Cuco la violaron, luego éste la asfixió hasta matarla y la dejaron en un contenedor cercano a su casa, en la calle León XIII. Su letrada, Paloma Pérez Sendino, acudió a visitarlo tras conocer el intento de suicidio.

La carta fue encontrada entre sus pertenencias cuando se registró su celda de la prisión de Morón el pasado jueves, después de que Miguel tratara de suicidarse ahorcándose con el cordón de un chándal en el baño. Al notar que tardaba, uno de los internos-sombra que lo acompañan para impedir que se autolesione o sea agredido por otros reclusos entró al baño y al verlo colgado dio la voz de alarma. La rápida reacción del personal penitenciario permitió que fuera rescatado sin daños y no precisara más que unos tranquilizantes.

La Policía Judicial recogió la carta de la cárcel al día siguiente y la llevó al juzgado de Instrucción 4, que dirige Francisco de Asís Molina, en un sobre cerrado para que se sume al resto de las pruebas del caso, con un oficio en el que se explicaban las circunstancias en las que fue encontrada.

El intento de suicidio se produjo en torno a las ocho de la tarde del jueves, cuando Miguel se dirigía con otros reclusos a cenar pero se separó de ellos para ir al servicio, aprovechando para colgarse con un cordón de chándal del quicio de un cuarto de baño que da al patio de la cárcel. Pero uno de los presos de confianza que tienen encargado vigilarlo en todo momento, en el marco del protocolo de prevención de, notó que tardaba y entró a buscarlo. Junto al personal de la prisión, que también tiene orden de controlarlo de cerca, pudieron rescatarlo antes de que sufriera lesiones.

La Dirección General de Instituciones Penitenciarias indicó ayer que no se prevé reforzar la seguridad de Miguel, porque ya se le han aplicado estrictas medidas para evitar que sufriera daños y éstas han funcionado a la perfección, como ha quedado demostrado con este incidente.

El protocolo de prevención también incluye retirarle cualquier objeto con el que pueda hacerse daño, de ahí que incluso se le hubieran quitado los cordones y los cinturones de la ropa. La prisión indaga ahora cómo se apropió del que usó para colgarse, que pudo haberle quitado a otro preso. Tanto eso como la carta hacen pensar que su intento de suicidio no fue espontáneo sino que lo preparó.

  • 1