El Fórum de FNAC Sevilla acogerá a las 20.00 horas de hoy la presentación de Órbita (Candaya), el primer libro de relatos de Miguel Serrano Larraz (Zaragoza, 1977), que estará acompañado para la ocasión por el sevillano Braulio Ortiz Poole.
El volumen, compuesto por nueve piezas breves precedidas por un prólogo de Manuel Vilas, se inscribe en la llamada narrativa afterpop, aunque tal vez estén más próximos a Roberto Bolaño que a, por ejemplo, Agustín Fernández Mallo. "No me siento especialmente identificado con la generación Nocilla, aunque siempre está bien. Pero mis referentes son algo más clásicos. Por ejemplo, Cheever", explica este joven escritor, que ha publicado hasta la fecha dos libros de poesía, Me aburro y La sección rítmica, así como una novela, Un breve adelanto de las memorias de Manuel Troyano.
El género corto "tiene que ver con la respiración de la escritura" y le permite, según él mismo afirma, abordar historias capaces de "ser leídas de una sentada, y tratar de dar en ellas un fragmento de la realidad, no intentar abarcarla toda, como suele suceder con la novela", agrega.
Serrano Larraz, que se quedará unos días aprovechando que un hermano suyo vive en la capital hispalense, comenta que el común denominador de todas las historias reunidas en Órbita es "la pérdida de la inocencia, esa epifanía que conlleva darse cuenta de que nos vamos a morir", si bien lo desarrolla desde muy diversos enfoques, ya sea a través de un niño prodigio, un fantasma o un profesor de matemáticas que pierde la cabeza.
