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Miguel vuelve ante el juez tras admitir su novia que le confesó el crimen

Miguel Carcaño volvió ayer a los juzgados después de que el viernes su novia admitiera ante el juez que el joven le había contado el crimen.

el 16 sep 2009 / 00:06 h.

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R.Velis/ I. Comesaña

Miguel Carcaño volvió ayer a los juzgados después de que el viernes su novia admitiera ante el juez que el joven le había contado el crimen. El autor confeso de la muerte de Marta del Castillo llegó al juzgado muy temprano y salió a las 14.30 horas con la cara descubierta, pasando desapercibido.

Llegó por la mañana con total discreción. Se fue sobre las 14.30 horas en un turismo, acompañado por dos agentes de la investigació, tras declarar, por tercera vez, ante el juez que investiga el caso Marta del Castillo, pese a que el Juzgado de Instrucción número 4 estaba de guardia recibiendo a los detenidos. De hecho, esto posibilitó que Miguel Carcaño pasase desapercibido, ya que no fue necesario montar el habitual pasillo policial, pues el calabozo y el Juzgado de Guardia están en el mismo inmueble.

El autor confeso acudió ante el juez después de que su novia admitiera el viernes en el juzgado que su novio le había contado el crimen horas después de cometerlo. El testimonio de la menor, con la que Miguel convivía en Camas, deja sin aclarar si el joven lavó el pantalón de chándal cuando regresó a la casa. Rocío dijo que Miguel puso su ropa en la bañera y que al día siguiente su abuela la lavó con el resto de la colada. Además, señaló que vio la sangre refregada en el pantalón, pero su abuela dice que cuando cogió la prenda estaba seca.

Según el relato de la menor, Javier Delgado fue el que ideó cómo deshacerse del cuerpo de la joven, diciéndoles que la tirasen al río, para lo que contó con la ayuda de Samuel y El Cuco -menor de edad-, pese a que los tres niegan su participación en los hechos. Miguel, además, nunca ha incriminado a su hermano, sino que fue El Cuco. El testimonio de la menor tampoco aclara a qué hora se deshicieron del cuerpo, si fue sobre las 22.30 horas o de madrugada, mientras dormía la familia de la menor de Camas. Una serie de cuestiones sobre las que le interrogaría ayer el juez, quien también citó a varios agentes de todos los grupos que han trabajado en la resolución del crimen. Fuentes del caso apuntaban ayer que el juzgado mantiene abierta todas las líneas de investigación, sin querer desvelar si Miguel mantuvo su declaración.

Finalmente, el joven, vestido con un pantalón vaquero y una sudadera blanca con rayas azules, salió del juzgado a cara descubierta, con los ojos enrojecidos, y anduvo varios metros hasta llegar al coche que le llevó de nuevo a la cárcel de Morón, sin levantar expectación. El juez incluso paralizó la actividad del juzgado, por lo que los detenidos que pasaron a disposición judicial esperaron más de lo normal, pues dieron prioridad a Miguel.

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