El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín (PSOE), ha lamentado este martes el hecho de que se haya interpuesto recurso en los tribunales solicitando la suspensión del plan para la regulación del tráfico en el casco histórico de la ciudad, preguntándose en este sentido "si aquí no hay otra forma de hacer las cosas", y recordando al respecto que "somos casi los penúltimos en aplicarlo".
En declaraciones a los periodistas con motivo de su participación en las jornadas 'Encuentros con la Sostenibilidad: Movilidad Sostenible' organizadas por El Correo de Andalucía, Monteseirín ha explicado que desde el punto de vista del modelo de ciudad la movilidad es "un elemento principal en el que podemos comprobar que somos vanguardia respecto a las bicicletas o los espacios peatonales, no porque otros no lo hicieran, sino por hacerlo de manera decidida".
En relación al plan de acceso al centro, el regidor hispalense ha incidido en que "no hay novedad" y en que "es algo implantado desde el punto de vista jurídico por la norma", recordando que es algo que ya se hace en otras ciudades europeas o está en trámites para su ejecución como Londres, Roma, Madrid, Barcelona o Granada.
"Sevilla ha avanzado muchísimo, y saco pecho porque hemos hecho muchas cosas muy buenas, pero en lo referente al control de acceso al casco histórico somos casi los penúltimos", ha señalado el primer edil de la capital hispalense, abundando en que "hacemos igual que en otras grandes ciudades, regular en horarios y días determinados".
Por ello, Monteseirín ha apelado al "sentido común" para actuar respecto a la "pacificación" del tráfico y ha agregado que los ciudadanos deben estar ya lo suficientemente informados. "Estarán hartitos de que les hablemos de lo mismo, y aunque puede haber personas ajenas, les hemos dado la oportunidad de informarse por la vía de los hechos", ha apostillado, en referencia a las notificaciones sin sanción.
Respecto a este tipo de medidas, el alcalde ha señalado en la inauguración de las jornadas que apuestas como ésa pueden resultar "inconvenientes" y crear "cierto escepticismo", si bien "al final la gente lo asume como propio", ofreciendo datos como la eliminación de 416 toneladas de emisiones con la supresión del tráfico rodado en la calle San Fernando o de 220 en San Jacinto.
