Tras un mes y medio de enfrentamientos, pulsos internos e incertidumbre, el Gobierno local y el grupo socialista adquirieron ayer su nueva estampa. Los papeles se han vuelto a repartir. Han entrado nuevos personajes como Manuel Rey, y otros, como Alberto Moriña o Nieves Hernández, han pasado a convertirse en protagonistas. Pero una vez superada, al menos de momento, la enésima batalla orgánica, el alcalde parece decidido a agotar su mandato como protagonista principal. Así lo demostró ayer en su primer Pleno sin su delfín, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis; en su primer debate tras verse obligado a continuar hasta 2011 prescindiendo de su principal colaborador y en el estreno de un portavoz impuesto desde la dirección provincial. Tomó las riendas, lideró los debates y se encargó de defender su gestión como apenas lo había hecho en este mandato. "Todos caducamos cada cuatro años, sólo porque llega un momento en el que se agota el mandato", argumentó en respuesta a uno de los ataques de un PP que anunció ayer, a través del edil Beltrán Pérez, "el fin de respeto de estos días": "Usted es un yogur con fecha de caducidad, está amortizado, se ha podrido y se le ha atragantado a la ciudad". IU, el PSOE y la presidenta del Pleno, Rosamar Prieto-Castro, alzaron la voz en señal de protesta.
Pero fue un episodio fugaz. El PP pareció ayer estar casi tan desconcertado como los propios socialistas por una reestructuración que ha tardado seis semanas en fraguarse y que ha dejado el Ayuntamiento prácticamente como estaba, con la excepción de la salida de Celis, el primer gran avance en cuatro años de los ediles que siempre fueron afines a Viera y un intercambio de bancos más simbólico que práctico. Alfonso Mir, nuevo miembro de la Junta de Gobierno, en primera fila; Nieves Hernández, flamante portavoz, atrás. La estructura del grupo municipal se mantendrá como hasta ahora, en Urbanismo sólo habrá algunos ajustes para reestructurar la Gerencia.
El partido ha dejado al alcalde diseñar su gobierno, y sólo ha forzado un cambio en la portavocía, que buscaba sin éxito desde el inicio del mandato, pero que tendrá la relevancia que Moriña pueda darle, y que el alcalde le deje. Hace poco más de un año Juan Antonio Martínez Troncoso rechazó una situación como la que tiene el actual portavoz: flanqueado por el alcalde y por Francisco Fernández y sin demasiado margen de maniobra. A Moriña, en su estreno y siempre con su aprobación, el regidor le marcó los tiempos. Él defendió su propuesta, la que llevaba el PP para vetar, una de sus propuestas estelares: la peatonalización de San Jacinto. El resto le quedó a un regidor, que se quitó esta semana otro peso de encima -del primero lo liberó Griñán con un teletipo-.
El PSOE le garantizó su apoyo al alcalde ante su continuidad y, sobre todo, una salida de la Plaza Nueva acorde a un regidor que lleva 11 años en el cargo. "El mejor escenario es que el alcalde haya decidido culminar su mandato, ya que en la historia del Consistorio no ha habido nunca una mejor gestión. El PSOE contará de forma activa con él", apuntó el vicesecretario de los socialistas, Rafael Velasco. El secretario general socialista, José Antonio Griñán, se expresó en términos similares: "Estoy enormemente contento. Acabar el mandato es lo que debe hacer un político".
