Economía

Moody’s rebaja la deuda pero apoya las reformas del Gobierno

El mercado daba por descontada la revisión, tras hacerlo S&P y Fitch

el 30 sep 2010 / 06:48 h.

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La agencia de medición de riesgos Moody's rebajó ayer la calificación de la deuda soberana española y del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), ambos desde AAA a Aa1, pero mantuvo la perspectiva estable y valoró las medidas adoptadas por el Gobierno.

El informe de Moody's explica que la rebaja obedece a las malas perspectivas de la recuperación económica, la falta de ajuste en los sectores inmobiliario y de la construcción, el deterioro fiscal, el elevado déficit y el gran endeudamiento de España.

La agencia apunta como causa principal del recorte la debilidad de las perspectivas de crecimiento económico, que estima en el 1% anual de media, un pronóstico que el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, calificó en declaraciones a Efe de "demasiado pesimista".

Moody's basa esta predicción en que estima muy lenta recuperación de los sectores más afectados por la crisis -construcción e inmobiliario- así como en el deterioro de la fortaleza financiera de España, muy pronunciado respecto a otras economías cuyo rating o calificación es de AAA, el máximo que otorga. Además, Moody's recuerda el abultado déficit y el gran endeudamiento de España, lo que unido a los elevados intereses que ha ofrecido por su deuda supone que el Gobierno se muestra ahora "muy vulnerable" a futuros episodios de volatilidad en los mercados.

Lo cierto es que el informe admite que el Gobierno trabaja en la dirección correcta en lo relativo al control del gasto, la reducción del déficit y la reforma del mercado laboral, además de reconocer los buenos resultados del proceso de reestructuración del sistema financiero, tal y como demostraron los test de estrés a la banca publicados en julio.

Los analistas consultados confirman que la perspectiva estable o neutral representa un espaldarazo a la política de reformas y control del gasto puesta en marcha por el Gobierno y un mensaje de tranquilidad a los mercados, ya que, como explica el analista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, "esto quiere decir que la agencia no tocará la calificación en los próximos meses".

Después de que en abril Standard and Poor's bajara la calificación a largo plazo de España hasta el nivel "AA", la deuda soberana española comenzó a ser objeto de la desconfianza sobre la evolución de la economía española a corto y medio plazo. A finales de mayo Fitch rebajó también la calificación de la deuda española, con lo que el Tesoro se encontró con dificultades crecientes para colocar sus emisiones y los intereses marginales se dispararon. No obstante, el mercado ya había descontado la rebaja, lo que permitió a la prima de riesgo de España relajarse levemente y caer hasta los 190 puntos básicos, desde los 195 en los que cerró el miércoles.

Moody's, que otorgó en 2001 a España su máxima calificación, puso a finales del pasado junio bajo vigilancia la deuda española, y en agosto se limitó a advertir de que la perspectiva de crecimiento era "más débil" que la de otros países con la máxima calificación crediticia "Aaa".

En la segunda quincena de julio, la publicación de los test de resistencia a la banca insufló a los mercados la confianza perdida, aunque este alivio se truncó en las dos últimas subastas en septiembre, por las que el Estado tuvo que pagar más.

Inversión con garantía

La vicepresidenta Elena Salgado aseguró ayer que la deuda pública española tiene "todas las garantías para los inversores", pese a la pérdida de la máxima calificación de Moody's. Es una rebaja "limitada", ya que recorta un escalón la calificación a largo plazo y la deja en la segunda posición de un total de 21 puestos. Admitió, aun así, que al igual que Fitch y S&P, sus perspectivas de crecimiento son menos optimistas que las del Gobierno. 

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