Cultura

Morante, despedido con almohadillas en Pucela

Las ganas de agradar y la férrea voluntad del diestro local José Miguel Pérez Joselillo maquilló con una nueva Puerta Grande la quinta de la Feria de la Virgen de San Lorenzo en Valladolid, donde la corrida de La Palmosilla poco más dejó para el recuerdo.

el 15 sep 2009 / 11:35 h.

Las ganas de agradar y la férrea voluntad del diestro local José Miguel Pérez Joselillo maquilló con una nueva Puerta Grande la quinta de la Feria de la Virgen de San Lorenzo en Valladolid, donde la corrida de La Palmosilla poco más dejó para el recuerdo. Sin embargo, Joselillo no se resignó a este notorio inconveniente ganadero y, pese a sortear el lote más potable de un encierro muy descastado, flojo y bastante deslucido, mostró muy buena actitud, siempre queriendo y buscando con ahínco el triunfo, informa burladero.com.

Joselillo puso ya muchas ganas con el tercero del que armó alguna serie limpia y ligada con las pocas embestidas que regaló el toro. El animal tampoco aguantó faena consistente pero sí sirvió para que José Miguel Pérez mostrará su voluntad y ganas de agradar ante sus paisanos.

Con el sexto volvió a ser todo disposición desde que se abrió de capote, variado y decidido, comenzó con un cambiado en los medios la faena de muleta a un toro que redimió timidamente el petardo de sus cinco hermanos anterioresa, viniéndose alegre y permitiendo buenos momentos al natural de Joselillo. Tras la estocada, cayeron las dos orejas.

La cruz la puso Morante en el quinto, donde fue abroncado tras cortar la faena al poco de empezar. El toro, deslucido como sus hermanos, se paró ya en el tercio de varas y a Morante apenas le duró medio minuto con la muleta. Un macheteo por la cara y a por la espada. Arreció la bronca y, cuando Morante trataba de descabellar llovían las almohadillas de un público molesto con la actitud del sevillano que, si bien tampoco parecía tener enemigo delante, no pareció muy animado a intentar armar faena.

En su primero dejó lo mejor de su actuación a la verónica. El sobrero segundo de Morante de la Puebla se dejó algo más y el sevillano brilló de capa en el recibo, donde cuajó varios lances de muy buena composición y ejecución que imprieron su personal sello y aire sureño a la tarde. Luego quiso mucho Morante con un toro muy deslucido con el que dejó momento de interés en varios muletazos al natural y también en otras pocas salidas de la cara del burel, con indiscutibles sabor añejo y torería.

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