Cultura

Morante triunfa 'in extremis' y Ortega enseña su mejor versión

Las fuerzas de los toros de Albarreal fueron inversamente proporcionales a la ilusión y las ganas de agradar de los dos artistas, de tan distinta condición profesional, que se habían acartelado mano a mano en este festejo goyesco que ponía la rúbrica a la III edición de la feria Planeta Toro de Espartinas.

el 16 sep 2009 / 00:19 h.

Las fuerzas de los toros de Albarreal fueron inversamente proporcionales a la ilusión y las ganas de agradar de los dos artistas, de tan distinta condición profesional, que se habían acartelado mano a mano en este festejo goyesco que ponía la rúbrica a la III edición de la feria Planeta Toro de Espartinas.

Ortega sorteó en primer lugar un burraquito de preciosas hechuras, muy terciado y bien maquillado también, que permitió sacar su mejor alma de artista, un toreo natural en el que esta vez no hubo escesos y afectación. Ya había dejado algún apunte con el capote, especialmente en los remates, pero lo mejor llegó en el último tercio. Inició la faena con dos o tres chispazos geniales y se empleó en un trasteo que, cuando llegó el definitivo convencimiento del cartagenero estuvo presidida por un trazo limpio, siempre bien dibujado, que alcanzó su mejor nota en los remates de pecho y en alguna trincherilla arrastrada en la que hubo cante grande. El toreo al natural subió aún más el listón de este concertino del mejor Ortega Cano que despenó a su enemigo con una media estocada de enciclopedia. Para él era la primera oreja de la tarde. La vuelta al ruedo fue de clamor aunque antes el público había pecado de cierta frialdad con el torero.

Muchas más dificultades se encontró Ortega Cano al enfrentarse al tercero de la tarde, otra raspa sin fuerza a la que se pegó duro en el caballo. Pareció desplazarse el animal en algunas arrancadas, pero pronto cantó su condición de manso y se encerró en terrenos de tablas, donde transcurrió un trabajoso trasteo en el que Ortega quiso vender su esfuerzo con profusión de voces. También lo intentó con ganas ante el distraído quinto, que le dio un buen susto mientras persistía en pasarlo por chicuelinas. Cuando tomó la muleta, al toro le dio un telele, un extraño tembleque en la cabeza que hacía imposible el toreo. Sólo cabía quitarlo de en medio como fuera.

Morante había recibido al segundo con sensacionales capotazos a los que siguieron un manojo de chicuelinas de sabor añejo, con son de ida y vuelta, que remató con una media verónica a pies juntos pintada en sepia. No dio mucho más de sí el flojísimo animal aunque hubo acople, temple y caricia, mucha expresión natural, en una serie sobre la mano derecha que supo a gloria. Pero el cielo fue breve y el trasteo acabó de derrumbarse a la vez que el toro rodaba por los suelos. Muchas menos opciones le brindó el cuarto de la tarde que ni siquiera le permitió estirarse con el capote. Era imposible la faena: distraído y acobardado, el toro hacía imposible el hilo del toreo.

Pero a Morante le quedaba un cartucho. El sexto bis fue otro burraco con muchísimas posibilidades al que lanceó con enrabietada entrega. El inicio de faena, sacándose al toro a los medios, con muletazos cambiados tuvo sabor añejo. El grueso del trasteo lo estructuró en tres series fundamentales, rotundas y macizas sobre la mano derecha sin que surgiera el mismo acople por el pitón izquierdo. Vuelto al lado bueno, se acabó de desmelenar mientras al toro se le acababan las pilas. Los sabrosos ayudados finales pusieron la firma.

PLAZA DE TOROS DE ESPARTINAS

Ganado: Se lidiaron seis toros de Albarreal, el sexto como sobrero del mismo hierro, muy terciados y mal presentados con pocas fuerzas en líneas genarales. El mejor fue el primero por su nobleza y boyantía. También colaboró el sexto bis, que tuvo un buen pitón derecho. El quinto se inutilizó durante la lidia.

Toreros: José Ortega Cano, de lila con pasamanería negra, oreja, silencio y silencio.

Morante de la Puebla, tabaco y pasamanería negra, ovación, silencio y dos orejas.

Incidencias: La plaza se llenó en tarde primaveral y algo ventosa.

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