El fotógrafo español Emilio Morenatti resultó herido ayer en Afganistán al explotar una bomba que estaba colocada en la carretera y que impactó contra el vehículo de las tropas estadounidense en el que viajaba. Este ataque coincide con el resurgimiento de la violencia talibán con motivo de las elecciones del día 20.
Junto al fotógrafo español viajaba el cámara indonesio Andi Jarmiko, que también resultó herido. Los dos reporteros fueron trasladados inmediatamente a un hospital en la ciudad de Kandahar, donde Morenatti, de 40 años, con una herida grave en una pierna, se sometió a una operación en la que finalmente tuvieron que amputarle el pie.
Morenatti, que según su esposa, la fotógrafa freelance Marta Ramoneda, se encuentra "consciente y animado" será evacuado a Dubai. "Vamos a hacer lo que resulte mejor para él, para su recuperación. De momento, es todo muy reciente y no sabemos si será trasladado a otro lugar" después de Dubai, explicó Ramoneda.
Además de su esposa, ayer dos hermanos del fotógrafo viajaron desde Andalucía hacia Kandahar para acompañar al herido. Tanto la Embajada de España en Kabul como el Ministerio de Defensa y las autoridades estadounidenses -responsables de la base en la que se encuentra Morenatti-, se están ocupando de la situación del reportero gráfico, que está fuera de peligro.
Morenatti nació en Zaragoza pero se crió en Jerez de la Frontera y su trabajo como fotógrafo en distintas partes del mundo ha sido reconocido con varios galardones como el Premio Andalucía de Periodismo de 1993 por su instantánea Encuentro con la muerte, que recoge el momento en el que banderillero Manuel Montoliu fue mortalmente corneado en la plaza de toros de Sevilla, y el IV Premio Europeo Fujifilm de fotografía de prensa, en la categoría de noticias, en 1995.
Su carrera la inició en periódicos de Jerez de la Frontera, en 1992 llegó a Sevilla para trabajar en la agencia Efe y posteriormente ha prestado sus servicios para la agencia AP en Afganistán, Israel y los territorios palestinos -en la Franja de Gaza el 24 de octubre de 2006 fue secuestrado durante 15 horas, resultó ileso-, y actualmente está establecido en Islamabad, Pakistán.
Las reacciones de condena a este ataque fueron numerosas, el Gobierno andaluz ofreció todo su apoyo a la familia, mientras que el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, expresó toda su solidaridad. A estas muestras de cariño se unieron las de las asociaciones y sindicatos de periodistas que alertaron del peligro que corren los reporteros en las zonas de conflicto.
