La Subdelegación del Gobierno en Cádiz y el Ayuntamiento de Barbate han llegado a un acuerdo por el que, de inmediato, patrullas de policías en motos acuáticas pasearán por la ribera del río para evitar la entrada de narcotraficantes en la localidad, según avanzó ayer la Cadena SER. La medida se toma después de que, desde hace siete meses, esté inservible el llamado puente de la droga, una estructura compuesta por 13 balsas flotantes que, desde 2001, complica notablemente el acceso y desembarco de los traficantes. Este puente, levantado ante la ingente cantidad de estupefacientes que entraba en Barbate -lo que corrompía especialmente a los jóvenes del municipio- hace una década, era el primer sistema fijo de bloqueo en el río y su efectividad, según fuentes gubernamentales, ha sido "notable". De ahí que Nexos, una de las principales asociaciones antidroga de la provincia gaditana, reclamase el mes pasado su arreglo "inmediato".
El Ayuntamiento barbateño manifestó la pasada semana que no tenía fondos para pagar la reforma -"ni siquiera hay para las nóminas, y preferimos pagar a los trabajadores", resumió a Europa Press el alcalde, Rafael Quizós (PSOE)- y que Interior tendría que buscar otra salida. Ahora el ingenio ha llevado a concretar estas patrullas, que "con su presencia y sus dispositivos de control" podrán cumplir con la labor del puente. El regidor sostiene que se trata de una salida temporal, ya que el Ministerio de Medio Ambiente va a costear las obras en la ribera, para lo que ha expropiado 5.000 metros cuadrados de naves que no se usan. El adecentamiento de la zona y el aumento de la iluminación, confía, retraerá a los narcos y hará innecesario recuperar el puente, "que da mala imagen y es peligroso de desplegar".
