Una más para el anecdotario. El técnico del Real Madrid, el portugués José Mourinho, sacó ayer sus garras para defender que lo ocurrido en Valencia ante el Levante no es una tángana.
Empero, el preparador merengue fue más lejos todavía, ya que no se responsabilizó de las que protagoniza su equipo y recordó la ocasionada en el amistoso España-Chile para decir que una fue calificada de "espectacular" porque muestra que son "como hermanos" y las de los madridistas son de "un grupo de bandidos". "La prensa tiene un doble rasero que me divierte", ironizó el luso.
Mou criticó de manera vehemente el trato discriminatorio de la prensa española a las tánganas. Aseguró que hay distintas varas de medir respecto a la de la selección española, en el amistoso ante Chile en Saint Gallen (Austria), y las que ha protagonizado el Real Madrid, como ocurrió en la vuelta de la Supercopa de España frente al Barcelona. "Lo de la Supercopa parecía un crimen y lo de España una piña entre hermanos", dijo.
"Para nada me siento responsable y no sé si lo que hizo Khedira se puede llamar tángana. A mí no me lo parece", aseguró en una rueda de prensa en la que descargó de responsabilidad al alemán, al que culpó directamente del revés justo después del partido del Ciutat de Valencia y al que ayer se dedicó a exonerar de su implicación directa en la derrota.
"Él solo no puede perder un partido", dijo ante la sorpresa de los periodistas. "No tiene la culpa, claro, el 1-0 es responsabilidad de todos", añadió.
Y, sin que ningún medio hiciera especial hincapié en el tema de España, Mourinho siguió a lo suyo y cargó de forma dura contra la selección. "Una tángana fuerte es lo que pasó en el España-Chile y habéis dicho que era espectacular, increíble y que demuestra el espíritu de equipo, carácter y son como hermanos. Si lo hace el Real Madrid somos un grupo peligroso de bandidos", reiteró.
Y, a renglón seguido, continuó con la roja que vio Khedira en Valencia. "Khedira es de los últimos que me esperaba que le pudiera ocurrir. Es un tío muy tranquilo que no utiliza su fuerza ni su cuerpo en la lucha del partido. Un jugador muy tranquilo que nunca se mete en ningún problema", calificó.
"Es uno de los últimos que me esperaba, pero lo hizo y ahí está la sanción, que el equipo ha jugado con diez, ha perdido y él ya no puede jugar. No merece ninguna sanción más. Mañana -hoy para el lector- termina su sanción y no me preocupa porque no me parece que lo vaya a hacer otra vez. No es ese perfil de jugador conflictivo", sentenció. Y sobre el Levante y su comportamiento durante los 90' prefirió guardar silencio.
Y no dijo nada pese a que en el Ciutat de Valencia argumentó que la actitud del cuadro azulgrana se pareció a una trampa: "Para controlar las trampas deben estar los árbitros, que deben estudiar cada equipo, cada estadio...", dijo. "Después depende de la personalidad de cada jugador. Del Levante no quiero hablar más", añadió. "Nosotros ya pensamos en el siguiente partido", finalizó.
