La Policía mauritana descartó ayer el robo como motivo del asesinato de cuatro turistas franceses en la ciudad de Aleg e indicó que se trata de "un golpe montado por islamistas que estaban en prisión". Las autoridades mauritanas detuvieron ayer a dos hombres y a una mujer acusados de haber facilitado la huida al extranjero de los autores del crimen. Según las fuentes, los acusados ayudaron a los autores del crimen a alcanzar la frontera con Senegal.
Los tres hombres armados abandonaron en la huida su vehículo a la entrada de Aleg y contactaron con el taxista detenido, quien presuntamente les garantizó su transporte hasta la frontera. Los cinco turistas franceses fueron asaltados cerca de la ciudad de Aleg, a unos 250 kilómetros al sureste de Nuakchot, por tres individuos que tras robarles el dinero les tirotearon, matando en el acto a cuatro de ellos y dejando a uno herido, y se dieron después a la fuga.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, confirmó ayer la muerte de los cuatro turistas galos y aseguró que se han "desplegado todos los medios para repatriarlos". Este atentado se ha registrado casi dos meses después de que entre cinco y siete mauritanos, presuntos miembros de la organización Al Qaeda, fueran detenidos por las autoridades del país por preparar supuestamente ataques contra objetivos occidentales.
