Mucho más que ganado

La Feria del Ganado, que termina este domingo, se perfila en Los Palacios y Villafranca como la feria más emblemática, donde se alían ocio y negocio para todos los públicos.

el 26 abr 2014 / 23:59 h.

Las cargas y descargas de caballos entre los tratantes no cesaron durante la maána de ayer en la Feria del Ganado de Los Palacios y Villafranca. / A. R. Las cargas y descargas de caballos entre los tratantes no cesaron durante la maána de ayer en la Feria del Ganado de Los Palacios y Villafranca. / A. R.

La XX edición de la feria agroganadera de Los Palacios y Villafranca, que empezó el viernes y termina hoy con éxito de cifras, está acaparando en los últimos años el esplendor que a los demás eventos les falta, y no sólo por la nueva ubicación desde 2012, en el recinto ferial junto al polígono industrial, dentro del casco urbano, sino también por la apacible temperatura abrileña y, sobre todo, porque, en esta feria, el ganado propiamente dicho –con sus tratantes, sus corrales, sus apretones de manos– es sólo una parte del total.

Hay quien va a la feria y no ve un mulo, pues se entretiene en el mercado artesano y medieval o en los 150 stands comerciales repartidos en varias carpas y que ofrecen mil y un productos o se queda en los bares o da un paseo por el mercado de época o lleva a los críos al parque de atracciones o pasa un buen rato riéndose con los espectáculos cómicos que se reparten por el recinto. La feria agroganadera, que el Ayuntamiento apellidó el año pasado «y del tomate» y este año «y del caballo», lo tiene todo para convertirse en la gran feria del pueblo, sin más apellidos. Si no es así, es porque aún encuentra resistencias entre los tratantes de ganado –que aseguran que se trata de públicos distintos– o entre los feriantes de toda la vida –cuya feria de farolillos de entre agosto y septiembre lleva años languideciendo–, que no encuentran la fórmula exacta para revitalizarse, pues durante la época cálida del año siempre sobrevuela la amenaza de que la gente reserve en un hotel y se vaya, y durante la época fría o no hay ganas o no hay hueco. «Es difícil encontrar una solución», decía ayer el presidente de Cafer (la asociación palaciega de casetas de feria), Antonio Domínguez, en el stand que también tienen en la feria agroganadera. «Cuando envías una encuesta, no contestan, y cuando hacemos una asamblea, los caseteros apenas opinan», se quejaba.

El caso es que la feria del ganado sí es un éxito total. No hay más que pasear por sus concurridas calles o repasar los números: 150 estands comerciales ocupados, 3.000 cabezas de ganado, 85.000 visitas y un volumen de negocio de más de dos millones de euros en apenas tres días. El alcalde, Juan Manuel Valle, que ayer adelantaba un balance «muy positivo por el magnífico ambiente», la califica «como la gran cita del sur de España» y, al margen de exageraciones chovinistas, lo cierto es que pocas ferias agroganaderas hay en el país de tal envergadura, más allá de las archiconocidas de Zafra, Avilés, Salamanca o Ronda.

Y eso que hasta hace tres semanas se daba casi por sentado que no habría XX edición de la feria, pues la asfixiante situación económica del Ayuntamiento –con una deuda global de 100 millones euros y unos funcionarios a los que se les adeuda cinco nóminas– así lo aconsejaba. No obstante, la implicación de numerosos patrocinadores –privados como Telecable, La Caixa, Grupo Juvasa, Caja Rural de Utrera, Coca-Cola o Cruzcampo; o públicos, como la Diputación provincial o el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural– ha hecho posible que Valle pueda afirmar que «si ponemos en una balanza el coste y los beneficios, es muy positivo que la feria se celebre».

Entre los vendedores de los numerosos stands, se oía ayer de todo: desde los que calificaban de «éxito rotundo» la primera parte del fin de semana porque las ventas marchaban, hasta quienes lamentaban que «la gente pasea y mira mucho pero compra poco». También entre los tratantes de bestias eran diversas las opiniones, aunque el trasiego de tratos, de riñas amigables y de cargas y descargas de caballos no cesó en toda la jornada. Había propietarios de ganado equino y ovino y caprino de casi todos los rincones del país, de Francia y Portugal.

Al menos el espectáculo está asegurado. Los amantes de los animales no sólo tienen un amplio panorama en los corrales o en la pista central de exhibiciones ecuestres –esta tarde, exhibición de bueyes, «Sentimiento a caballo», muestra de enganches–, sino también en los puestos de cetrería o en la carpa de aves. Para hoy al mediodía están previstos las carreras de cintas a caballo y el I Encuentro de Asociaciones Hípicas del Bajo Guadlaquivir. Para quienes prefieren la agricultura, la asociación La Era mantiene allí un minimanchón en el que simulan el cultivo de los productos de la tierra a la antigua usanza.

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