Una mujer rumana de 22 años murió carbonizada la noche del lunes tras ser rociada por su pareja, también rumano, con "algún líquido inflamable" en un descampado próximo a Alcalá de Henares, en Madrid. Se desconoce si la mujer estaba viva antes de ser quemada.
Los hechos ocurrieron poco antes de la medianoche del lunes. La pareja había ido a un descampado en el Camino Viejo de Camarma de Esteruelas, próximo a la calle de Federico García Lorca y al centro comercial Carrefour de Los Espartales. Según fuentes policiales, se trata de una zona frecuentada por parejas que van en coches. De repente, el hombre salió del vehículo y éste comenzó a arder. Los ocupantes de otros turismos fueron los que llamaron a la Policía al ver que el coche se estaba quemando, sin pensar que dentro estaba la mujer. El supuesto autor utilizó su móvil y llamó al teléfono de emergencias 112, a cuyo operador confesó que acababa de matar a su novia.
Al lugar acudieron bomberos y agentes de Policía, que encontraron a la mujer, identificada como Alexandra B, completamente calcinada y sin posibilidad de ser reanimada por los facultativos del Summa. Los agentes vigilaron la zona y vieron que el hombre estaba deambulando aturdido por los alrededores del lugar del crimen. Los policías le detuvieron, pero comprobaron que sufría quemaduras en ambas manos, por lo que fue trasladado de urgencia a la unidad de quemados del hospital La Paz, en la capital, donde quedó ingresado y fue dado de alta ayer por la mañana para ser puesto a disposición judicial.
No había denuncias. La joven no había presentado denuncia alguna de malos tratos contra su pareja y presunto asesino, según explicó el alcalde de Alcalá de Henares, Bartolomé González, quien señaló que la víctima tampoco había requerido los servicios del Centro Asesor de la Mujer. Éste es el segundo caso de violencia machista del año y los dos han ocurrido en Alcalá de Henares en cinco días, un hecho que para el alcalde es "pura casualidad".
El 17 de enero, Yolanda Becerro, de 45 años, murió apuñalada por su compañero sentimental,de 34 años y origen cubano, que además contaba con numerosos antecedentes policiales. Éste, presa de su furia homicida, también mató al hijo de la mujer, de 11 años. Le estranguló. Instantes después llamó a la policía y confesó la autoría del doble homicidio. Ocurrió a las seis de la tarde en el número 9 de la calle de Dulcinea. Unas 700 personas se concentraron al día siguiente en el centro del municipio en señal de repulsa con lo ocurrido.
Éste es el octavo homicidio que se registra en Madrid en 2008. De nuevo ayer, un centenar de vecinos se concentró a las doce de la mañana en la plaza Cervantes, frente al Ayuntamiento, para condenar el crimen. Y, también por segunda vez en apenas 48 horas, diputados y trabajadores de la Asamblea de Madrid se reunieron a mediodía y guardaron cinco minutos de silencio en el exterior de la Cámara en protesta contra la violencia machista.
