Las heridas eran mortales de necesidad y no se ha podido hacer nada por salvar su vida. Es lo que ayer dijeron los médicos. Tras diez días en coma, el menor de 17 años que fue apuñalado, tirado al suelo y pateado en una reyerta entre dos pandillas enfrentadas de la urbanización Atalaya, en Málaga, murió ayer a mediodía en el hospital Carlos Haya de la capital costasoleña. El cuchillazo le había seccionado una arteria, tenía contusiones a causa de los golpes recibidos y signos de haber rodado por el suelo.
Según informaron fuentes sanitarias, el muchacho no presentó mejoría alguna desde que ingresó en el centro sanitario el pasado 31 de octubre, después de que, a plena luz y en una plaza situada cerca del Camino de los Almendrales, recibiese un navajazo en una pelea en la que resultó herido por arma blanca otro joven, A.J.D., de 19 años, que está en el mismo hospital, continúa en planta y evoluciona bien, informa Europa Press.
Fuentes de la investigación sostienen que el incidente se produjo por un encontronazo entre dos grupos de la misma barriada, que la emprendieron a golpes y sacaron varias navajas. Aún no se ha aclarado si el ahora fallecido fue quien usó primero el arma y si se hirió de forma fortuita, al ser zarandeado por sus contrarios. El encontronazo se produjo, al parecer, por rencillas personales entre los dos chicos que acabaron heridos, y sus compañeros arroparon a cada uno de ellos en una pelea abierta en mitad de un descampado, a una hora en la que había numerosos niños jugando cerca.
Cuatro días después de la pelea, la Policía Nacional de Málaga detuvo a diez chicos implicados presuntamente en el caso, cinco de ellos menores de edad. Todos ellos son vecinos y algunos son hermanos entre sí. Tras declarar en dependencias policiales, quedaron libres con cargos, imputados por lesiones varias; de los que aún no han cumplido los 18 años se hicieron cargo sus progenitores.
Desde el día de la agresión, la Policía Local de Málaga ha desplegado un dispositivo especial de vigilancia en la zona, ya que algunos de los implicados han vuelto a cruzar insultos y amenazas en plena calle.
