Ya son 69 las mujeres fallecidas este año víctimas de la violencia de género. El último caso se produjo ayer en Badajoz. Una mujer de 44 años, de origen marroquí, fue asesinada de un disparo en la cabeza por su ex pareja, de 59 años y natural de un pueblo de Badajoz, que se suicidó después.
El suceso ocurrió poco después de las nueve de la mañana en el número 107 de la Avenida Ricardo Carapeto, del barrio pacense de San Roque, cuando el homicida esperó a que la víctima regresase de llevar al colegio a la hija de ambos, de 9 años, para dispararla varias veces con una pistola. Después, el hombre, que había estado ingresado en un centro psiquiátrico "por intento de suicidio", se disparó a sí mismo y se cayó o tiró, detalle que aún se investiga, desde el cuarto piso en el que vivían al patio interior del bloque de viviendas. El ruido que ocasionó es el que alertó a los vecinos.
Según informó la delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, en la concentración celebrada ayer por la tarde en la barriada de San Roque por la Ejecutiva provincial del PSOE y la Asociación de Mujeres Progresistas en repulsa por este caso de violencia de género, la mujer contaba con una orden de alejamiento en vigor seguida por la Unidad de Protección, Prevención y Asistencia contra los Malos Tratos del Cuerpo Nacional de Policía.
Asimismo, la delegada del Gobierno precisó que el hombre contaba con una orden de alejamiento, que el pasado mes de septiembre pasó de tener la consideración de riesgo medio a "no apreciado".
Carmen Pereira especificó, además, que la mujer había denunciado amenazas, pero que no constaba que hasta el día de ayer hubiera sufrido agresiones físicas.
Aunque el hombre era titular de una escopeta, el permiso se le había retirado, razón por la cual la Policía investigará cómo ha podido hacerse con el arma con el que presuntamente asesinó a su mujer.
El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, expresó su deseo de que la última muerte por violencia machista en España sirva para avanzar en la necesidad de mantener una "actitud colectiva" frente a este problema.
A su juicio, la respuesta a la violencia machista no puede venir sólo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la Justicia o las administraciones, sino que debe de ser el conjunto de la sociedad.
