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Muere un ladrón de cobre al sufrir una descarga eléctrica

Fue ingresado con vida en el hospital, pero falleció por las quemaduras

el 27 feb 2011 / 19:05 h.

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Un hombre de 33 años de edad falleció en la madrugada de ayer con quemaduras en el cuerpo tras sufrir una descarga eléctrica mientras trataba de robar cobre de una subestación eléctrica. Los hechos se produjeron en la subestación eléctrica de Don Rodrigo, en el término municipal de Alcalá de Guadaíra, en unas instalaciones ubicadas junto a la autovía Sevilla-Utrera (A-376) y en la conocida como carretera de Don Rodrigo (A-8029), que conecta la N-IV y la A-376.


Fuentes del servicio de emergencias 112 explicaron a este periódico que el suceso se registró en la madrugada del pasado viernes al sábado cuando, a las 4.58 horas, se recibió una llamada alertando del accidente. La voz de alarma la dio la propia Endesa, que detectó la descarga que se había producido en la subestación de Alcalá al manipular los cables, lo que provocó un apagón que afectó a varios municipios.


Hasta allí se desplazaron efectivos del Servicio Andaluz de Salud (SAS) que trasladaron al herido hasta la Unidad de Quemados del hospital Virgen del Rocío, en Sevilla, donde falleció de madrugada a consecuencia de las graves quemaduras que había sufrido. Así lo confirmó ayer la Policía Nacional, que ha abierto una investigación para aclarar las circunstancias del intento de robo, en el que según los indicios recabados por la Policía Científica en el lugar del accidente participaron otras personas, que aún no han podido ser identificadas.


El servicio municipal de emergencias de Utrera certificó que a consecuencia de la descarga eléctrica se produjo un apagón en varios municipios del entorno, que se nutren de esta subestación.


Es una de las consecuencias más habituales de estos robos, a los que las fuerzas de seguridad están dedicando especial atención tanto por su incremento en los últimos años como por su peligrosidad, plasmada en este caso en la muerte del ladrón que trataba de llevarse el cobre.


Aunque de menor entidad, estos delitos también han provocado serios apuros al dejar a barrios enteros o a zonas industriales sin luz –causando pérdidas económicas–, o al afectar a suministros de vital importancia, como respiradores eléctricos que han dejado de funcionar, poniendo en riesgo a sus usuarios.


La Policía Nacional creó el año pasado un grupo específico para investigar estos robos, que sólo en el primer semestre de 2010 recuperó 33 toneladas de cobre y detuvo a 55 personas por su participación en estos delitos.

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