Una emboscada a un convoy francés en la provincia de Kabul y dos ataques suicidas contra una base norteamericana en Jost y objetivos canadienses causaron la muerte de 10 soldados galos y tres civiles en Afganistán, donde la insurgencia talibán se ha fortalecido y está recrudeciendo sus ataques.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció que viajaría a Afganistán, y afirmó que "en su lucha contra el terrorismo, Francia ha sido duramente golpeada".
El jefe de Estado aseguró que "Francia está resuelta a proseguir la lucha contra el terrorismo, por la democracia y la libertad. La causa es justa, defenderla es el honor de Francia y de sus Fuerzas Armadas".
