Una almazara de Brenes recibirá una dura sanción por verter más de un millón de litros de aceite en el arroyo Cascajo. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) tiene abierto un expediente a la empresa, que arrojó los residuos derivados de dos incendios que sufrió el pasado mes de julio.
La CHG estima una multa cercana a los 720.000 euros para la empresa Sovena, como responsable del vertido de más de 1.250.000 litros de aceite al citado arroyo, próximo al río Guadalquivir. Por ello, se tramitará un expediente de 600.000 euros por "falta muy grave", así como otros 120.000 por los trabajos de reparación, que se prolongaron un mes y medio, según adelantó ayer el diario El País.
Una vez conocidos los hechos, el presidente de la CHG, Francisco Tapia, precisó ayer que la razón de la sanción es la falta de previsión ya que "no están claros" ni el motivo por el que se produce el primer incendio, ni tampoco las medidas que se adoptaron para sofocarlo. En este sentido, recordó que en menos de un mes se produjo un segundo incendio en las instalaciones, de manera que señaló que el expediente parece justificado por imprevisión de la empresa, de capital portugués.
También comentó que todos los expedientes están sujetos a los recursos que los afectados puedan ejercitar, pero que, de momento, se pone en marcha la sanción.
En cuanto al impacto, el vertido no alcanzó al Guadalquivir debido a que los técnicos de CHG construyeron un azud en el arroyo, donde se contuvo la mezcla contaminante de agua y aceite. Pese a todo ello, está sanción, que es la más alta establecida, tendrá que ser aprobada por el Consejo de Ministros.
El primero de los incendios se produjo el pasado 4 de julio en una nave del polígono Nuevo de Brenes, en la que se almacenaban 1,2 millones de litros de aceite de semillas embotellados y listos para el consumo y, debido al fuego, las llamas provocaron el derrumbe del techo de la instalación, que a su vez cayó sobre los envases, según informó el servicio de emergencias 112.
Esto provocó que la nave, un espacio diáfano de tres estancias, quedara totalmente calcinada. Lo peor vino cuando sólo 23 días después, el pasado 28 de julio se declaró un nuevo incendio en esta fábrica, que afectó a 250.000 litros de este producto. Según las últimas investigaciones, todo apunta a que estos dos incendios fueron intencionados, ya que el material no era inflamable y se produjo sin que hubiera trabajadores en las cinco naves que se vieron perjudicadas. Ocurrieron en fines de semana.
Por otro lado, se aclaró que la contaminación y la virulencia del siniestro se multiplicó porque el apagado del incendio no fue el más idóneo, según explicaron distintas fuentes. No obstante, este extremo fue desmentido por los servicios de extinción de incendios de la Diputación de Sevilla, que calificaron la actuación de sus bomberos de "ejemplar". Según el diario El País, el informe del siniestro subraya que en la extinción del incendio no se utilizó espumas "por decisión técnica ya que parte del aceite y el agente extintor podrían llegar como vertidos al río".