Un vecino recibirá una indemnización de diez mil euros después de soportar durante dos años los ruidos que provocaba el servicio municipal de limpieza. El Tribunal Supremo confirmó una sentencia que impone esta multa al Ayuntamiento de Bilbao.
El tribunal, que rechazó el recurso de casación presentado por el Ayuntamiento, confirmó la sentencia que en noviembre de 2003 dictó el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, que entendía que la Administración local vulneró los derechos de la inviolabilidad del hogar, la intimidad y la integridad física.
El caso. Los trabajos de limpieza se acometían con unas máquinas barredoras y un camión cisterna que, según informó la Concejalía de Medio Ambiente, producían ruidos superiores a los permitidos en zonas residenciales. Así lo verificaron dos informes de la Policía Local, que señalaron que en el interior de la casa del denunciante los ruidos superaban los límites establecidos en la ordenanza municipal.
Ante esta situación, el vecino pidió en mayo de 2003 el cese de los ruidos y, al no conseguirlo, recurrió a la Justicia, que le dio la razón meses después, aunque no se confirmó hasta el fallo del Supremo.
