Multitudinario entierro del joven asesinado en Los Palacios y Villafranca

El supuesto autor del crimen pasó ayer a disposición judicial tras haber confesado que le disparó en el pecho con una escopeta de caza

el 19 oct 2009 / 19:54 h.

Todo el barrio de El Cerro acudió ayer al funeral de Faustino P.C., de 35 años y que murió asesinado el pasado sábado en un camino rural. Recibió un tiro de escopeta en el pecho y se fue muriendo lentamente al pie de una higuera en un paraje cercano a la carretera que une Los Palacios y Villafranca con Utrera. "Lo dejó pataleando hasta que lo encontraron ya muerto", declaró ayer un hermano de la víctima, Francisco P.C., en referencia a Jorge M.R., de 26 años y también vecino del municipio, que se presentó en el cuartel de la Guardia Civil al día siguiente y confesó el crimen.

Los hechos ocurrieron sobre las 16.00 horas, cuando Jorge M.R. acompañó en coche a la víctima hasta un camino rural cercano a la empresa La Espartalera, a tres kilómetros del casco urbano. Unas versiones hablan de que fueron para "pegar unos tiros a unos palomos". Otras, de que fueron a tomar unas copas.

Lo cierto es que discutieron y la riña acabó en disparo. Según declaraciones del hermano del fallecido, todo ocurrió "por un ataque de celos, por una tía que es rumana y que además no es gran cosa". Según su versión, conocieron a la joven en la campaña de fresa de Huelva. "Pero como a ella le gustaba mi hermano... por eso lo mató", continuó.

Más de ocho horas después, el presunto autor del crimen se presentó en el cuartel de la Guardia Civil para confesar. Fue poco después de la medianoche del pasado domingo cuando les señaló a los agentes el lugar en el que seguía el cadáver. Una patrulla comprobó la veracidad de la confesión al descubrir el cadáver que había recibido un disparo en el pecho con una escopeta de caza del calibre 12. El arma fue entregada aquella misma madrugada al Instituto Armado por un familiar del detenido, que ayer pasó a disposición judicial.

La parroquia de Santa María la Blanca acogió ayer a las 17.00 horas las exequias. Cientos de familiares, vecinos y amigos acompañaron luego al cadáver hasta el cementerio del pueblo, donde se oyeron gritos apagados de pena negra mezclados con insultos y deseos de venganza. "Fíjate al agujero que te ha mandado", decía un hermano absolutamente desconsolado, "pero tranquilo, que él acabará en el mismo sitio".

Horas antes, este hermano y algunas hermanas hacían declaraciones a los medios de comunicación en el lugar de los hechos. "La familia está destrozada y pedimos justicia para que el asesino se pudra en el cárcel", decían. Un amigo de la víctima, se mostraba muy "sorprendido" ante lo ocurrido porque "nunca había tenido problemas con nadie, era muy trabajador".

De hecho, los dos solían ir a trabajar en el mismo coche. Últimamente andaban en el verdeo. Pero el pasado fin de semana dieron de mano para siempre.

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