Más de 200 aficionados al mundo del toro, amigos, conocidos y familiares de El Pere se reunieron para inaugurar una escultura de bronce, a tamaño natural, obra de Rafael Amadeo Rojas, también vecino de Écija.
Junto a la familia, estuvieron presentes personalidades del mundo del toro como Tomás Campuzano y Manuel Díaz El Cordobés, así como el director de la Escuela de Tauromaquia de Écija, Pepe Luis Vargas, sus alumnos, aficionados y un gran número de autoridades.
Todos los presentes que tomaron la palabra destacaron, por encima de todo, la valía humana de El Pere, que se distinguió especialmente por organizar festivales benéficos para recaudar fondos para diversas asociaciones sin ánimo de lucro de la ciudad. Durante el acto, tanto las autoridades como los representantes del mundo del toro recordaron la figura del banderillero, destacando sobre su maestría su trato bondadoso.
"Dejó huella imborrable en todo el que se rozó con él", enfatizó el director de la Escuela de Tauromaquia de Écija, que precisamente fue compañero del banderillero. En similares términos, el diestro Tomás Campuzano lo definió como "un compañero excepcional que dejó huella en todos".
Visiblemente emocionado, Antonio Pérez, padre del homenajeado, sólo acertó a pedir que se recordara la figura de su hijo "cuando se pasee por esta plaza y se vea su estatua ahí arriba".
El Pere nació en Écija en noviembre de 1965 y falleció en mayo de 2004 tras sufrir un grave accidente de tráfico. Fue novillero y llegó a ser banderillero con Manuel Díaz El Cordobés. El malogrado diestro se ganó pronto el cariño de los que le conocieron y su pueblo se lo hace ver.