Muñecas con mucho arte

El utrerano Rafael Rodríguez Girona trabaja transformando muñecas ‘Blythe’, estando considerado uno de los mejores artistas del mundo en esta especialidad.

El utrerano Rafael Rodríguez Girona comercializa sus muñecas bajo la marca Erregiro. El utrerano Rafael Rodríguez Girona comercializa sus muñecas bajo la marca Erregiro.

Desde un estudio artístico de Utrera salen unas creaciones que llegan a numerosos rincones de todo el planeta. Son los trabajos que realiza el utrerano Rafael Rodríguez Girona, que se encarga de dar una nueva vida a unas muñecas llamadas Blythe. Muy pocas personas en el mundo se encargan de hacer algo parecido.

En 1972 nacía esta muñeca, aunque su venta en el mercado –llegó en exclusiva a Estados Unidos– sólo duró un año, ya que las niñas de la época sentían miedo ante la exagerada cabeza, así como al mecanismo de sus ojos, que incluso permitía cambiar el color de los mismos. Tres décadas más tarde, la fotógrafa neoyorquina Gina Garan redescubrió estas muñecas, cuyo diseño era prácticamente la antítesis de la famosa Barbie. Empleó como modelo a una de esas antiguas Blythe, para mejorar sus habilidades como fotógrafa. Llegó incluso a publicar un libro con sus imágenes y, años más tarde, se empleó en la campaña televisiva de un centro comercial, algo que le devolvió una gran y rápida fama.

A raíz de todo ello, los japoneses vieron el potencial que tenía esta olvidada muñeca y volvieron a producirla, aunque esta vez para coleccionistas. Y es aquí donde llega el trabajo del utrerano. A través de internet, su venta se ha extendido enormemente, y son muchas las personas que acuden a la habilidad creativa de Rafa para que customicen las Blythe, esto es, para que les realice diversas modificaciones estéticas, algo que convierte a cada ejemplar en un producto único. Esos encargos se unen a los trabajos que el propio utrerano acomete por afición personal, y que conserva en una vitrina. Música, cine, pintura,… inspiran los diseños de este artista, contando igualmente con otras creaciones propias.

Los encargos llegan a su estudio, en Utrera, donde él desmonta las muñecas, elimina la pintura original, cambia el pelo, e incluso retalla partes como la nariz y la boca, para asemejarlas a la imagen final que persigue, y que depende de lo que le haya pedido cada uno de sus clientes.

Algunas personas buscan que estén inspiradas en sus propios familiares, y otras quieren tener una de estas Blythe con la apariencia de artistas tan especiales como Amy Winehouse o Lola Flores, entre otras. También los vestidos que lucen son trabajos de nueva creación contando para ello, en muchas ocasiones, con diseñadores de la tierra.

Cuando comenzó a realizar estos trabajos, con casi 30 años, «pensé que me estaba volviendo un poco friki porque, a mi edad, y empezar a jugar con muñecas…», bromea Rafa antes de asegurar que «he encontrado un medio que aúna todo lo que siempre me ha gustado: lo relacionado con la imagen y con el arte. Además, en cada muñeca, sigo practicando las técnicas que estudié en la facultad». Y es que, junto al trabajo de tallado, pintado y peinado de cada uno de estos ejemplares, también realiza una sesión fotográfica a esas muñecas, y que él conserva de recuerdo antes de enviar el producto final a la persona que se lo encargó.

Su trabajo está repartido por los cinco continentes y ha quedado incluso recogido y plasmado en varias publicaciones internacionales. La primera vez llegó estando apenas iniciando su trabajo como customizador, cuando fue incluido en la edición de un libro que recogía a diversos artistas que basan parte de su obra, o su trabajo al completo, en el mundo del juguete. Después llegaría un monográfico en exclusiva sobre toda la obra de este utrerano, y otro con más artistas. A todo ello se une algo que el propio Rafa Rodríguez considera «de lo más emocionante que me ha sucedido desde que estoy trabajando con estas muñecas». Fue cuando la propia fábrica de las Blyhte, en Tokio, lo seleccionó como uno de los 19 mejores artistas, a nivel mundial, que ha trabajado con sus productos, algo también plasmado en un libro.

Este utrerano, gracias a su creatividad, ha llevado a uno de los máximos exponentes aquello con lo que ya disfrutaba desde pequeño: el arte. «Era un niño y ya me gustaba crear cosas y, sobre todo, compartirlas con la familia y amigos. Cuando tenía 17 años, y estaba en el instituto, empecé a trabajar en la televisión local de Utrera, presentando programas, y también haciendo cosas relacionadas con la imagen, permaneciendo allí durante casi una década», explica Rafa.

Llegaron los estudios universitarios y la realización de cursos fotográficos y de maquillaje, trabajó como diseñador gráfico,… y descubrió a las Blythe. Cuando las vio por primera vez, allá por 2007, «me cautivó su expresión, fue un flechazo porque no podía parar de pensar en los recursos expresivos que tenían y todo lo que se podía sacar artísticamente de ellas». A ello dedica muchas horas de este minucioso trabajo en su estudio, transformando esas muñecas en pequeñas obras de arte, que han formado parte incluso de exposiciones.

La creatividad y el buen hacer de Rafael Rodríguez Girona convierte a estas muñecas en productos de colección, muy codiciadas y con presencia en todos los rincones del planeta. Bajo la marca Erregiro, este utrerano muestra sus trabajos a través de internet (www.erregirodolls.com), un enlace desde el que recibe los encargos. Un trabajo hecho desde Utrera, que se vende en todo el mundo.

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