"Mucho más allá que el impulsor de la coronación canónica de la Virgen del Rocío, más que el canónigo prematuro en su tiempo, más que el capillita o que el grandioso orador sagrado al que se disputaban las hermandades, Muñoz y Pabón fue un gran literato y un gran difusor de la cultura popular andaluza". Santiago Padilla Díaz de la Serna es el autor de Muñoz y Pabón, Ilustre Cantor de la Blanca Paloma, un libro de la editorial Hergué con el que este apasionado de la investigación historiográfica del Rocío se ha propuesto "rehabilitar" con carácter general la figura del presbítero nacido en el municipio de Hinojos.
Presentada esta semana en la Casa de la Cultura hinojera, esta obra constituye, según Padilla, la "primera biografía completa" de Juan Francisco Muñoz y Pabón (1866-1920), canónigo de la Catedral de Sevilla que sobresalió en múltiples facetas a lo largo de su "rica y poliédrica" vida, lo mismo en la novela que en la prensa, y que murió a los 54 años con 20 novelas escritas.
"De Muñoz y Pabón había cosas escritas. Lo más tratado es el tema literario, pero una biografía completa con todos los hitos de su vida no existía ninguna hasta ahora". En una primera parte, la obra se dedica a situar al personaje y a repasar su carrera eclesiástica -de la mano siempre de su mentor, el arzobispo Marcelo Spínola- y su trayectoria literaria. Para Padilla, este hinojero que da nombre a una céntrica calle de la ciudad debe ser reconocido por encima de todo como "un escritor de referencia de principios del siglo XX", más allá de esa relación de anécdotas recurrentes que salpicaron su vida y por las que ha pasado a la historia "reduciendo su brillo", la más conocida de todas, su posicionamiento a favor de la celebración de los funerales de Joselito El Gallo en la Catedral de Sevilla, un hecho reservado entonces a ministros de la Corona, a grandes de España y a reyes. "Con Joselito mantuvo una relación muy especial, tanto que metió al torero y a su apoderado, Manuel Pineda, en la comisión de la coronación de la Virgen del Rocío", refiere el autor del libro.
Muñoz y Pabón centró su obra literaria en temas populares y costumbristas y sus textos son "documentales vivos de las costumbres, de las fiestas y de la idiosincracia" a principios de siglo XX de un gran número de pueblos situados entre la provincia de Huelva y Sevilla.
A decir de Padilla, el canónigo hinojero fue además un gran difusor de la cultura popular andaluza, de ahí que no dudara en utilizar en sus escritos el lenguaje del pueblo sencillo, "por supuesto no con ánimo de ridiculizarlo, sino de exaltarlo". "Con la coronación de la Virgen del Rocío, el canónigo coronaba con éxito uno de los ejes fundamentales de su existencia y de su empeño intelectual: la exaltación de la cultura popular andaluza. De modo que, coronando a la Virgen del Rocío, sabía que coronaba también sus desvelos por exaltar la cultura de Andalucía".
Pero Muñoz y Pabón fue, además, "un termómetro de la Iglesia de su tiempo, dispuesta a entrar en los nuevos púlpitos (la imprenta, la novela) y a promover que los católicos escribieran desde el convencimiento de que la prensa podía servir para evangelizar", concluye Padilla.