Cientos de miles de personas tomaron hoy el centro de la capital iraní en apoyo al candidato reformista Mir Husein Musaví, quien hoy pidió la repetición de los comicios electorales del viernes.
Al frente de la marcha se encontraban los dos candidatos que han denunciado el fraude en las elecciones presidenciales, Mehdi Karrubí y el propio Musaví, que hoy reaparecieron en público tras permnecer dos días vigilados en sus domicilios.
Con la mano alzada al viento con el símbolo de la victoria y en silencio, los manifestantes se han extendido a lo largo de los más de cinco kilómetros de la avenida de Enguelab, una de las arterias más céntricas de la ciudad.
"Hoy vamos a reunir aquí más de un millón de personas, aunque han tratado por todos los medios que no podamos convocarlas", explicó a Efe uno de los miembros de la campaña de Musaví.
"Esta es la verdadera voz del pueblo, y deben escucharla. Este no ha sido el voto del pueblo iraní", agregó.
"Estamos preparados para participar en unas nueva elecciones presidenciales. El voto del pueblo es mucho más importante que la persona de Musaví o cualquier otro", concluyó.
Desde primera hora de la tarde, cientos de miles de personas han afluido a la citada calle Enguelab, pese a que las autoridades cortaron la comunicación por móvil en la zona y desde hace dos días han interrumpido el servicio de mensajería por sms.
Aún así, la citada avenida estaba hoy llena a rebosar, desde la plaza de Firdusi, en el centro de la ciudad, hasta la citada plaza de Azadi, donde el fundador de la República Islámica, el ayatolá Jomeini, dio su primer discurso nada más aterrizar del exilio en París.
"He venido hoy aquí a defender mi voto, a protestar contra este Gobierno que se dice islámico pero no ha tenido empacho en robar unas elecciones", explicaba a Efe uno de los manifestantes.
A la altura de la plaza Enguelab, en las proximidades de la Universidad de Teherán, los miles de manifestantes eran jaleados por decenas de estudiantes universitarios encerrados tras las verjas del campus.
Los estudiantes denunciaban, asimismo, que durante la noche decenas de policías y voluntarios islámicos "Basij" habían irrumpido en los dormitorios de la Universidad, donde se habían producido violentos enfrentamientos.
"Entraron y lo quemaron todo. Golpearon a la gente y al menos cuatro personas murieron", explicaba a Efe una estudiante que mostraba una foto de supuesta habitación incendiada.
Los disturbios se repiten en Irán desde que el pasado viernes el Ministerio de Interior concediera una sorprendente victoria, por mayoría absoluta, a Ahmadineyad.
Al grito de "muerte al dictador" y "abajo el Gobierno golpista" miles de personas se han echado a la calle, tomada por la Policía y los grupos de "Basij".
Un centenar de seguidores del candidato reformista iraní Mir Husein Musaví fueron detenidos ayer acusados de promover las revueltas que exigen la repetición de las elecciones. Mientras, el ganador, Mahmud Ahmadineyad, defiende su victoria a la vez que la UE se muestra "preocupada" por las supuestas irregularidades
Según explicaron fuentes de la oposición iraní, entre los detenidos destaca el ex viceministro de Asuntos Exteriores Abdula Ramezamzadeh y el director general de la plataforma reformista Frente de Participación, Mohsen Mirdamadi. También está detenido el hermano del ex presidente Jatamí, Mohamed Reza Jatamí, destacado miembro del Frente, añadieron las fuentes. Además, han sido llevados a prisión los periodistas pro reformistas Mustafa Tayezadeh y Dehzad Nabavi, y los políticos de la misma tendencia Amin Sadeh y Said Shariatí.
Además, algunos medios de prensa locales y extranjeros afirman que el propio Musaví está retenido en su domicilio, extremo que no se ha podido confirmar. La mayoría de los detenidos se hallaban el día de las elecciones en la oficina del ex presidente Jatamí -que apoya a Musaví- asaltada con botes de humo por un grupo de milicianos islámicos Basij en el barrio de Queitarieh, en el norte de Teherán. Según relataron los testigos, cuando la Policía llegó al lugar de los hechos retiró a los Basij pero no practicó detenciones, aunque algunos de ellos cargaron después contra la sede. Miles de personas se echaron a la calle al grito de "este no es mi voto" y "abajo el gobierno golpista" para exigir la anulación de los comicios después de que el propio Musaví se atribuyera la victoria y denunciara irregularidades.
Musavi, además, pidió ayer oficialmente al poderoso Consejo de Guardianes que anule los resultados de las elecciones presidenciales del pasado viernes debido a las supuestas irregularidades cometidas. En una carta dirigida al citado Consejo -que debe validar los resultados- y divulgada a través de su página web, Musaví aseguró que "uno de los candidatos", apoyado por el Ministerio de Interior, ha influido en el resultado final. "Teniendo en cuenta las decenas de cartas que mi candidatura ha enviado a este Consejo en relación con los claros casos de fraude electoral las elecciones no son limpias y deben ser anuladas", afirmó Musaví.
Por su parte, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, minimizó ayer las protestas comparándolas con la reacción de los seguidores de un equipo de fútbol cuando pierde. En rueda de prensa, Ahmadineyad, a quien el recuento oficial otorga en torno al 64% de los votos, recurrió a un símil y dijo que "esto es como lo que pasa tras un partido de fútbol; hay mucha emoción, muchos sentimientos, y hay gente que comete infracciones".
Al mismo tiempo, Ahmadineyad rehusó ofrecer una respuesta concreta a los rumores sobre la posible detención del opositor Musaví y volvió a recurrir a la comparación con las emociones tras una derrota en el fútbol, aunque hizo hincapié en que "en Irán la Policía detiene a quien comete un error, sea un ministro o un ciudadano particular."