Cultura

Música en vivo, dramatismo y acrobacias en un solo montaje

Toda la Plaza del Triunfo miraba hacia el cielo, y por una vez no se trataba de admirar la Giralda. El grupo hispano-argentino Puja! Teatro de Altura, encargado de abrir el Festival de Teatro y Artes Escénicas de Sevilla, acaparó la atención de los transeúntes con su espectáculo K@osmos. (Foto: A. Acedo)

el 15 sep 2009 / 03:15 h.

A mediodía de ayer, toda la Plaza del Triunfo miraba hacia el cielo, y por una vez no se trataba de admirar la Giralda. El grupo hispano-argentino Puja! Teatro de Altura, encargado de abrir el Festival de Teatro y Artes Escénicas de Sevilla, acaparó la atención de los transeúntes con su espectáculo K@osmos.

Una vez más, volvió a ponerse de manifiesto el potencial que tienen muchísimos rincones de Sevilla para servir de escenario a propuestas de teatro y danza. Ayer mismo, estudiantes, turistas, comerciantes, funcionarios de paso, todo el mundo quedó absorto mirando hacia arriba cuando Puja! enseñó sus credenciales en plena Plaza del Triunfo, empezando por una banda que creaba ambiente descargando en directo una música guitarrera y rabiosa, muy enérgica, en contraste con una voz femenina de resonancias góticas, todo ello altamente envolvente y sugestivo para el respetable.

Pero lo más impactante de la propuesta de Puja! son los elementos que configuran lo que ellos mismos llaman teatro aéreo: una enorme grúa que sostiene una estructura circular, sobre la cual los actores-acróbatas-performers desarrollan sus evoluciones.

Con sus intérpretes vestidos con impecables uniformes blancos, K@osmos juega con la recurrente fantasía astronáutica del hombre común, el desafío a las leyes de la gravedad como metáfora de la libertad y la ruptura con los planos tradicionales del teatro.

Sujetos con arneses a esa estructura que llaman la bola, alternando cordajes rígidos y elásticos, los artistas suspendidos en el aire van adoptando todo tipo de posturas y dibujando figuras colectivas, a modo de estrellas o hélices, con detalles muy hermosos -y generosamente aplaudidos- como el momento en que todos abren la cremallera de sus mochilas para dejar que caiga una lluvia de confetti, con el efecto de la nieve o del polen diseminado.

El espectáculo corre en algunos momentos el peligro de caer en la grandilocuencia, pero se salva con grandes dosis de encanto y con una enorme efectividad, pues el discurso poético en el fondo y acrobático en las formas encandila por igual a los niños y a los mayores.

Sólo cabe lamentar que la representación no se produjera de noche, cuando a buen seguro los recursos de Puja! habrían resaltado mucho más, la parte musical habría gozado del atractivo de los conciertos nocturnos y la atmósfera cósmica, con sus sensaciones de ingradivez, parecerían sin duda mucho más reales. Al parecer, la reciente huelga de grúas puso en peligro la propia celebración del espectáculo, y determinó por fin que la función sería diurna. En cualquier caso, K@osmos resultó un estupendo punto de partida para un festival que tiene mucho que decir a lo largo de esta semana.

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