La Peña Cultural Real Betis Manque Pierda nació hace sólo unas semanas y ya cuenta con 120 socios. El humor y la pasión por el fútbol son las señas de esta peña que ha devuelto la alegría a los aficionados del equipo sevillano.
Aunque la peña de toda la vida sigue en la Plaza de España, el corazón de más solera del extraradio, el Pradillo, acoge desde hace unas semanas esta particular peña bética que ha logrado que muchos vecinos del local cuelguen de sus balcones la bandera del centenario de un equipo que, al margen de las crisis en los despachos y en el terreno de juego, sigue llevando a gala una afición a la que no se le caen ni anillos ni sonrojos por inventar nombres como éste: Peña Cultural Real Betis Manque pierda.
Lo primero que llama la atención es el bullicio que contrasta con la quietud casi religiosa de la otra peña, en pleno centro y con socios de canas respetables. El actual tesorero, Antonio Maestre, comentó la idea a algunos amigos en la pasada feria de agosto pero el proyecto no pasó de ahí.
En octubre se organizó todo: un salón alquilado de más de 100 metros cuadrados, las cuotas de los socios, el bar y hasta la visita de un par de concejales para descorchar el champán. La asociación ultima la documentación para constituirse como tal y así poder solicitar subvenciones al Ayuntamiento. "Estamos abiertos a todo el mundo", asegura el presidente, José Sánchez. Y no es una frase hecha: ya hay apuntados una docena de sevillistas.
Con sus adversarios históricos, los socios de Manque pierda han organizado ya varios eventos que revolucionarán la pasión por el fútbol en Los Palacios y Villafranca: campeonatos de dominó, de futbolín, de motos lentas e incluso partidos de fútbol contra la Peña sevillista Hermanos Navas.
Su origen tiene que ver con María Dolores Maestre, de 18 años, hija del tesorero y con una discapacidad. "Mi niña se quejaba de que los sevillistas la picaban", recuerda el padre, "así que le dije: no te preocupes, hija, que yo te voy a montar una peña". Y asi fue: es la socia fundadora.
