Un trabajo de la Consejería de Medio Ambiente para la evaluar los sistemas verdes urbanos como sumideros de dióxido de carbono (CO2) ante el cambio climático, confirma que las especies de árboles "más eficientes" en el secuestro de carbono atmosférico son el naranjo amargo, limonero, laurel y el quejigo.
Este estudio, realizado por el departamento de Biología Vegetal y Ecología de la Hispalense y que se desarrolla en el marco del proyecto de la Junta de Andalucía Bosques por Ciudades, tiene como objetivo mejorar los espacios verdes de los municipios, así como evaluar su capacidad como sumidero de gases de efecto invernadero.
De esta manera, según informó Medio Ambiente a Europa Press, tras comparar la eficiencia fotosintética de las especies de árboles evaluadas, el estudio apunta a naranjo amargo, limonero, laurel y quejigo como las plantas que muestran "una mayor eficiencia en el gasto de agua que les supone esta capacidad de secuestro de carbono". Por el contrario, subraya que los árboles "menos eficientes" son el caucho, el pino negral, el enebro y la palmera canaria. En cuanto a los arbustos, el estudio destaca que las especies más eficientes son la banderita española, el cantueso, el palmito, la adelfa, el euvónimo, y la ligustrina. Los que menos son el ciprés, la cica y el mirto.
El proyecto Bosques por Ciudades se lleva a cabo es un programa piloto que se está llevando a cabo en ocho municipios andaluces adheridos al Programa de Sostenibilidad Ambiental Urbana Ciudad 21. El proyecto selecciona en cada población un espacio público, en el que se plantarán las especies autóctonas que mejor se adaptan al terreno y que necesitan menos consumo de agua. Así, se plantarán unos 2.000 árboles, que compensarían la emisión de CO2 de 48.000 coches durante el primer año. Además, Bosques por Ciudades aporta información y resultados de la influencia que ejerce la vegetación sobre las condiciones climáticas de cada localidad.
Aire sano. La abundancia de naranjos en Sevilla a buen seguro que ayuda a que la ciudad tenga una buena calidad de aire, según las mediciones realizadas por el Ayuntamiento. Los datos municipales revelan que Sevilla no ha estado en alerta por niveles altos de contaminación atmosférica ni un solo día del año 2010.
Según el Consistorio, la ciudad cumple con los parámetros de evaluación que establece la Unión Europea en materia de contaminación atmosférica, siendo el registro medio de contaminación por dióxido de nitrógeno de 30 microgramos por metro cúbico durante el año pasado, cuando la Unión Europea marca un máximo de concentración de 40 microgramos metro cúbico. De hecho, desde 2006 a 2010 se han reducido 217.992,68 toneladas de emisión de CO2 a la atmósfera, con lo que se ha alcanzado un 7,5% del objetivo.
En cuanto a las partículas en suspensión, la media de anual de la ciudad es de 33 microgramos por metro cúbico cuando el máximo está en 50 microgramos por metro cúbico.
