¿Tú no has visto al japonés, al chiquitillo? En Coria del Río no se hablaba ayer de otra cosa. La visita del príncipe heredero de Japón, Naruhito, a esta localidad para conmemorar el 400 aniversario de la llegada a España de la misión Keicho alteró por completo la vida cotidiana de este municipio ribereño donde hoy día el apellido Japón sigue perpertuándose en las actas de nacimiento como vestigio perenne de un pasado ligado a los descendientes del samurai Hasekura Tsunenaga, líder de aquella expedición. Cientos de corianos se echaron en la mañana del viernes a las calles para integrar un nutrido y jubiloso comité de recepción al príncipe heredero del país nipón, entre ellos numerosos escolares de colegios locales portando banderitas confeccionadas por ellos mismos con los colores de las enseñas nipona, española y coriana (en blanco y amarillo). Aparte de elaborar los materiales, como banderitas y cintas para el pelo (modelo Karate Kid), hemos estado trabajando toda una semana en clase enseñándoles algunos saludos en japonés, como konnichiwa, arigato y sayonara, e informándoles sobre la persona del príncipe Naruhito. Les hemos explicado, por ejemplo, que ocupará el puesto 126 en la lista de emperadores de Japón y que su figura encarna el símil de la del Príncipe Felipe en España, relataba a pie de calle Julio, profesor de colegio Asunción de Nuestra Señora, mientras intentaba mantener el orden de dos grupos de alumnos de 2º y 4º de la ESO que hicieron ayer un alto en sus clases para recibir como se merece al primo Naruhito. El heredero del trono imperial de Japón arribó a Coria en automóvil, después de un breve paseo por el río Guadalquivir junto a la Torre del Oro. La primera parada de su breve periplo por Coria tuvo como escenario el parque Carlos de Mesa, adonde Naruhito llegó pasadas las once de la mañana entre los vítores y los aplausos de los corianos que se agolpaban tras unas vallas. Acompañado por la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, del consejero andaluz de Justicia e Interior, Emilio de Llera, y del alcalde de la localidad, el andalucista Modesto González, entre otros, el príncipe heredero participó en la plantación de un cerezo un árbol cuya flor es uno de los símbolos más conocidos de la cultura japonesa junto a la estatua del samurai Hasekura que se asoma entre eucaliptos a la lámina del río a su paso por Coria. Previamente, la Banda Municipal de Coria y el coro Santa María con dos japoneses entre sus integrantes intrerpretaron el kimigayo o himno nacional de Japón, traducido a menudo como Que su reinado dure eternamente, al que siguieron los himnos de Andalucía y de España. De cómo el heredero japonés cubría con una paletada de tierra el cerezo fue testigo un nutrido grupo de vecinos del municipio apellidados Japón, descendientes de los expedicionarios de la misión Keicho que arribó a tierras corianas hace cuatro siglos, y entre los que se encontraban algunas caras conocidas, como la del rector de la UNIA, Juan Manuel Suárez Japón, o la del exárbitro de fútbol, Japón Sevilla. Acto seguido, un niño, después de rendir reverencia al príncipe nipón, soltaba al aire una paloma. Ataviado con una chaqueta de tonalidad crema los más feriantes dirían de color garbanzo, desprovisto de corbata, la menuda figura del heredero japonés resaltaba entre la numerosa comitiva de autoridades, guardaespaldas y periodistas nipones en torno a una veintena se han desplazado a España que seguía de cerca sus pasos. Entre ellos también se encontraba el presidente de la Asociación Hispano-Japonesa Hasekura Tsunenaga, Juan Francisco Japón Carvajal, cuyas explicaciones seguía atentamente el heredero nipón. Durante su paseo por el parque Carlos de Mesa, antes de dirigirse al Ayuntamiento, Naruhito se saltó el protocolo y se acercó a las vallas donde se apostaba el público para saludar a los cientos de corianos que le vitoreaban, algunos con pancartas de bienvenida escritas en japonés de parte de los niños de los colegios de Coria del Río. Entre este gentío se encontraban las japonesas Matsuki Hidaka, Miyako Takabayashi y Mio Naiki, originarias de Tokio y estudiantes de Historia en Sevilla, quienes no podían ocultar su emoción por ver por primera vez en persona a su príncipe heredero. El príncipe Naruhito ha visitado Sevilla este 16 de junio. / J.M.Paisano (ATESE) Luego de firmar en el libro de honor del Ayuntamiento, donde fue recibido con gritos de Naruhito, Naruhito, el séquito de vehículos de alta gama que acompañaba al heredero del país nipón se dirigió hasta el colegio público Maestro Vicente Neria. Allí, el heredero nipón visitó algunas clases y escuchó la canción Hana wa saku, un canto a la esperanza compuesto en el aniversario del terremoto que asoló Japón en 2011 que fue interpretado por el coro del colegio y que fue seguido incluso con lágrimas por acompañantes de su séquito. Naruhito preguntó en español a un alumno si le gustaba estudiar y se interesó por las fotos antiguas de Coria colocadas en el aula, en especial por las de la Virgen del Rocío, sobre lo que hizo varias preguntas. El primo Naruhito se mostró de lo más familiar.