Navidad entre batas blancas y belenes

El hospital San juan de Dios del Aljarafe vive el espíritu de las fiestas.

el 30 dic 2012 / 20:04 h.

Voluntarias del hospital San Juan de Dios del Aljarafe, en Bormujos.

El espíritu de la Navidad se palpa en todos los rincones del hospital San Juan de Dios del Aljarafe, en Bormujos, donde en cada planta hay instalado un Nacimiento elaborado por el personal del centro. El esmero en su montaje es máximo. Los hay fabricados con huevos, con fieltro y hasta con frascos de medicamentos. Y este trabajo tiene su recompensa: todos los años se premia al mejor.

El ambiente festivo que se vive en el centro hospitalario lo agradecen los pacientes y sus familiares que declaran con sinceridad que el trato que reciben siempre es excelente y aún más en estas fechas, cuando más apetece estar en casa con la familia.

Pacientes y familiares
"El trato que recibimos no puede ser mejor"
Tanto los pacientes como los familiares coinciden al afirmar que el trato que reciben de los trabajadores del hospital San Juan de Dios no puede ser mejor. Incluso aseguran que en estas fechas hay más atenciones porque el número de enfermos desciende. Así de claro habla Juan Silverio Villarreal, que lleva ingresado desde el mes de octubre en la unidad de lesionados medulares. Este hombre llegó al centro al sufrir un accidente con su bicicleta. Tras beber agua e intentar colocar la botella en su lugar se cayó. Permaneció tirado en la carretera desde las 11.00 horas hasta las 19.00 horas, los coches que pasaban no lo veían porque sólo podía mover la cabeza. Ahora, tras una dura rehabilitación, ya puede incluso levantarse de su silla de ruedas y sueña con volver a pedalear. "Es un milagro" del que culpa al personal del centro y, como no, a su fuerza de voluntad. De hecho, en Navidad tuvo unos días de permiso y se fue a su pueblo, Villanueva de Córdoba, pero Fin de Año lo pasará en el hospital junto a su mujer, Lucía Buenestado, que no se separa de él ni un momento, y junto a otros pacientes entre los que se encuentra Antonio Soto, que sí permaneció en Navidad en el hospital. Su mujer, Dolores Peinado, explica que la Nochebuena estuvieron solos en la habitación, "pero pasaron a visitarnos las enfermeras, los médicos y el párroco. Se portaron de maravilla con nosotros", asegura.
Una paciente que no pasará la Nochevieja en el hospital San Juan de Dios del Aljarafe es Lourdes Agea, pero esta enferma, que fue dada de alta la semana pasada, aclara que no le importaría seguir ingresada, "porque el trato es exquisito y se vive el espíritu de la Navidad en todas las esquinas. Es precioso ver tantos Nacimientos. Yo soy muy religiosa y a mí me agrada el ambiente que se vive en este hospital".

Voluntarios
"Hay personas que están muy solas"

El hospital San Juan de Dios del Aljarafe cuenta con 40 voluntarios que donan sus horas para acompañar a los enfermos y a sus familiares. Éste es el trabajo de Pepa Reina, María del Carmen Martín, Rocío Rodríguez y Ángeles García. Reconocen que estas fechas son muy emotivas porque es cuando más se sufre la soledad de algunos pacientes que no tienen familia. "Nosotras intentamos con nuestra compañía suplir estas carencias y ellos nos lo agradecen mucho", dicen. De hecho, uno de los días más emotivos que se vive en este centro hospitalario es el de la visita de los Reyes Magos, que saludan uno a uno a todos los pacientes y les entregan un regalito . Este pequeño detalle, indican las voluntarias, "llena de alegría a los enfermos". Pero estas mujeres no sólo ayudan a los pacientes, también suelen ser el paño de lágrimas de muchos familiares que no tienen con quien desahogarse y lo hacen con los voluntarios. "Nuestro trabajo es muy bonito, pero para poder realizarlo nos dan cursos de formación, porque cuando regresamos a nuestras casas tenemos que dejar los problemas del hospital en el centro para poder continuar con nuestra labor. De hecho hay voluntarios que se dan un tiempo de descanso", admiten.

Enfermeros
"Un año nos dejaron a un niño"

José María Sarmiento y Fran Carrasco son dos enfermeros de urgencias del hospital. En los años que les ha tocado hacer guardia en los días más señalados de la Navidad han vivido numerosas anécdotas como la de una pareja que llegó 20 minutos antes de las campanadas de Fin de Año con su hijo y lo dejaron para irse a tomar las uvas con la disculpa de que en el hospital lo dejaban en buenas manos. Confiesan que en estas fechas también se dan casos de familias que intentan ingresar a sus mayores para quedarse libres, pero las causas más frecuentes por las que se acude a urgencias en Navidad es por los excesos con las comidas y la bebida, por torceduras de tobillo por andar con tacones, por traumatismos, por quemaduras de petardos y por heridas tras cortar jamón, "aunque este año puede ser por cortar mortadela", dicen con guasa. Para que los ciudadanos se queden tranquilos, estos enfermeros aseguran que en las noches que se prevé que pueden ser más problemáticas hay más personal de guardia de lo habitual. Sobre si pueden tomar las uvas tranquilos, dicen que depende de los años y recuerdan que en alguna ocasión las tomaron con la hora de Canarias. También les ha pasado tener que dejarlas a la mitad para atender una emergencia. Para que estas noches se salgan de la rutina, cada una de las personas que está de guardia trae algo de comida de su casa. Eso sí, remarcan que en el menú no entran las bebidas alcohólicas.

Médicos
"El trabajo aumenta considerablemente"

Enrique Almagro es médico en el área de urgencias y asegura que en estas fechas "el trabajo aumenta considerablemente, además la noche de Navidad cada vez es más parecida a la de Fin de Año", debido a que ha dejado de ser una fiesta eminentemente familiar para pasar a ser una celebración que también se vive en la calle con amigos. Como es previsible, afirma que en estas fechas se producen más accidentes de tráfico, traumatismos e intoxicaciones etílicas. "Muchas personas acuden con vómitos y dolores abdominales por los excesos", asegura. Además, este facultativo advierte alarmado que en los últimos años se ha detectado un incremento importante de personas, fundamentalmente jóvenes, que tienen que ser asistidas en urgencias por ingerir alcohol combinado con drogas. Un coctel que, según remarca, es muy peligroso. Por ello lanza un mensaje para que se eviten estos juegos que pueden terminar muy mal. En los años que ha estado de guardia en Nochevieja dice que generalmente le han dejado escuchar las campanadas sin apremios, "parece que la gente espera a tomar las uvas para venir a urgencias, porque lo más usual es que comiencen a llegar los pacientes 15 minutos después de las campanadas". En otro orden de cosas, Almagro explica que para no sentir la añoranza de la familia, el hospital sirve un menú especial tanto en Nochevieja como en Fin de Año y casi todos los médicos del hospital que están de guardia, si el trabajo lo permite, están juntos. Al igual que pasa con el área de enfermería, cada médico trae algo de comer de su casa para hacer la jornada laboral más navideña.

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