Problemas con el sonido retrasaron el inicio del festival más de una hora. A Miguel de Tena le vino bien porque cantaba esa misma noche en otro festival y llegó por los pelos a cerrar el de Los Corrales, a las 3.15 horas, donde triunfó de manera rotunda la cantaora portuense Nazaret Cala.
Los Corrales no es un buen sitio para presumir de pelo, por el viento que suele haber de vez en cuando. Cuando llegamos había que agarrarse a las paredes para no caerse, pero pronto se fue y nos quedó una noche maravillosa. Lástima que el sonido y las luces fallaran y que el festival tuviera que dar comienzo cerca de las 12, cuando los conejos empezaban a abandonar las madrigueras. El señor de los frutos secos acabó con dos canastos y el ambigú era un hervidero de lugareños y forasteros pidiendo montaditos de lomo y jamón serrano. O sea, los festivales de verano.
Desde el punto de vista artístico no hay mucho que contar, como ocurre en la mayoría de los festivales. Nazaret Cala ofreció un magnífico recital y fue lo mejor de la noche. Acompañada muy bien por el gran guitarrista rinconero Manuel Herrera, la cantaora de El Puerto nos brindó dos excelentes malagueñas de Chacón y El Canario, una larga tanda de soleares alcalareñas, alegrías y bulerías de su tierra y fandangos, uno de ellos (Colgaduras y claveles), calcando a Manolo Caracol. No entendemos que esta buena cantaora no esté en más festivales, porque es de las pocas que saben cantar. Coloca muy bien la voz, conoce el compás y acaba muy bien los cantes.
Pero la noche la abrió el cantaor Jehová Sierra, del vecino pueblo de La Lantejuela, dueño de una voz recia como un olivo y con una fuerza tremenda. Y como tiene fuerza, la emplea. Todo lo contrario que el joven cantaor Santiago Pozo El Nene, de Martín de la Jara, que masca el cante como lo hacían Cobitos, Bernardo el de los Lobitos, Diego el Perote o Miguel Vargas. Le gustan los cantes abandolaos y otros estilos olvidados.
El Polaco fue el encargado de hacer disfrutar al público con sus encantadores tangos granadinos, sus hermosas granaínas y fandangos de Rafael el Tuerto y El Rubio, olvidados también. Tampoco entendemos que este cantaor no esté en festivales de más prestigio.
La joven cantaora local Laura Ríos, que fue acompañada por su maestro, el guitarrista Fernando Rodríguez, alargó su actuación para dar tiempo a que llegara Miguel de Tena. La chiquilla le puso voluntad y quedó claro que cuenta con el apoyo de sus paisanos, que es importante.
A Miguel de Tena no lo escuchamos. Eran las cuatro de la mañana y nos esperaban veinte kilómetros de peligrosas curvas y setenta de autovía. Suponemos, eso sí, que liaría el taco, como de costumbre.