Una de las plazas de toros más emblemáticas del mundo, la Real Maestranza de Caballería, presenta estos días una imagen inusual, en plenas obras de reforma que eliminarán cuatro filas y mejorarán la comodidad y seguridad de las gradas.
Actualmente se están demoliendo las impares, una intervención que supondrá la reducción del aforo de la zona afectada de 1.614 a 849 espectadores. Es la primera fase de un proyecto más ambicioso que puede afectar a la totalidad de las gradas, rebajando el aforo de 13.000 a 10.000 personas. Los trabajos de mejora eran una imperiosa necesidad habida cuenta de los evidentes problemas de comodidad y seguridad de los abonados y espectadores.
Sería lógico que la Real Maestranza continuara la senda iniciada con estas obras para mejorar otros aspectos caducos como el drenaje del coso ante las lluvias o la comunicación manual con los espectadores, ya desfasada.